El primer encuentro de alto nivel entre diplomáticos de China y de la nueva administración de EE.UU. estuvo marcado por la dureza de sus posiciones. La retórica de los representantes de ambos países deja en claro que las relaciones seguirán tensas y, lo más importante, que el gobierno del presidente Biden mantendrá por el momento las restricciones comerciales y regulatorias impuestas por el anterior gobierno de Donald Trump. Para los analistas, el presidente Biden necesitará alinear los múltiples intereses en juego antes de poder implementar su propia estrategia. Según la firma de investigación Gavekal, EE.UU. debe manejar cuatro aristas principales en su relación con China:
Para los próximos meses uno de los impactos más importantes podría darse con la implementación de la Ley de Responsabilidad de las Empresas Extranjeras aprobada por EE.UU. el año pasado. Esta obliga a las empresas chinas listadas en las bolsas estadounidenses a entregar información auditada, lo que va en contra de las regulaciones chinas, que prohíben que estos documentos sean enviados al extranjero. Esto podría significar la salida de US$2 billones (millones de millones) en inversiones en acciones de empresas chinas listadas en las bolsas de EE.UU.