US$1.800 millones. Esa es la cifra que Chitose Bio Evolution, empresa con sede en Singapur, busca recaudar en los próximos años para financiar uno de los mayores complejos de cultivo y procesamiento de microalgas para convertirlas en biocombustibles y como alimento. Un consorcio de 35 empresas japonesas, incluyendo al fabricante de vehículos Honda y el refinador de petróleo Eneos, se han agrupado para crear demanda inicial para el proyecto.
Chitose está construyendo un complejo piloto de 5 hectáreas en Malasia y está negociando para extenderla, en la etapa industrial, a 2.000 hectáreas para el 2027. El lado más verde del proyecto es que utiliza CO2 para alimentar las microalgas. El plan es usar CO2 de una termoeléctrica vecina para producir 140.000 toneladas al año de microalgas. Estos organismos absorben más de 8 veces el volumen de CO2 que una planta de soya.
Cuando opere a plena capacidad, Chitose espera vender alrededor de US$1.000 millones al año.