Internacional / Estrategia
Febrero 25, 2022 - 4 min

Que los árboles no le impidan ver el bosque

La crisis geopolítica tras la invasión rusa de Ucrania ha aumentado significativamente la incertidumbre en los mercados globales

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Previo a la crisis, el enfoque de inversionistas estaba en la dinámica de la inflación frente a la desaceleración del crecimiento económico y las preocupaciones sobre la normalización monetaria.

Desde un punto de vista macroeconómico global, la crisis geopolítica afecta principalmente a los mercados como un shock del lado de la oferta. Esta sugiere que los cuellos de botella del lado de la oferta, que habían sido un desafío importante desde la pandemia del Covid-19, pueden persistir aún más, con resultados negativos y repercusiones en las perspectivas de crecimiento. El impacto más significativo e inmediato será sobre los precios de la energía debido a la fuerte dependencia del suministro de gas ruso. Por esta razón, junto con los posibles efectos colaterales de oferta de potenciales sanciones adicionales contra Rusia, se espera que el contexto inflacionario empeore a corto plazo. La inflación se ha convertido en un importante problema político desafío en muchos países, y es probable que varios gobiernos consideren implementar medidas para aliviar el impacto en sus ciudadanos.

En este contexto, se entiende que los anuncios de nuevas sanciones por parte de EE.UU. hacia Rusia, más allá de haber sido catalogadas como “aplastantes” por el Presidente Biden, eximiera específicamente las ventas rusas de petróleo y gas, y las exportaciones de varias otras materias primas.

El propio Biden agregó que haría todo lo posible para proteger a los consumidores estadounidenses de cualquier efecto adverso, lo que equivale a admitir que no se haría nada que pudiera amenazar la capacidad y la voluntad de Rusia de seguir abasteciendo a los mercados energéticos mundiales. Oficialmente, los gobiernos de EE.UU. y Europa han estado diciendo que podrían considerar otra ronda de sanciones “aún más duras”. Sin embargo, se está volviendo difícil imaginar qué acciones adicionales serían necesarias por parte de Rusia para provocar esta respuesta “aún más dura”.

Al momento de escribir esta nota, los mercados operan más estables y el sentimiento se ha visto impulsado después de que Rusia dijera que la oferta de neutralidad hecha por Ucrania es un “desarrollo positivo” y luego de los informes de que el presidente de China, Xi, sostuvo una llamada telefónica con Putin, quien dijo que Rusia está dispuesta a llevar a cabo negociaciones de alto nivel con Ucrania.

Mas allá de un posible “rally de alivio” de los activos si las tensiones geopolíticas cedan en el margen, creemos que el potencial de recuperación seguirá siendo limitado, porque si no es la geopolítica, serán las preocupaciones de la inflación y la normalización de la política monetaria y un posible “error de política”, la que dominarán la escena.

Existe “la tentación” de concluir de que el aumento de las tensiones geopolíticas “disuadirán” a los Bancos Centrales y, en particular, a la Reserva Federal de retroceder en sus intenciones de un proceso de normalización más rápido.

En principio tiene sentido. La historia muestra que la combinación de riesgo de inflación al alza y riesgo de crecimiento a la baja tiene implicaciones mixtas para la política monetaria. Históricamente, los funcionarios de la Fed a veces han preferido retrasar las principales decisiones políticas hasta que disminuya la incertidumbre en torno a los riesgos geopolíticos. En algunos casos, como después del 11 de septiembre o durante la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el FOMC ha recortado la tasa de fondos.

Pero, la situación actual es diferente de episodios pasados, ​​cuando los eventos geopolíticos llevaron a la Fed a retrasar el endurecimiento o a relajarlo, porque el riesgo de inflación ha creado una razón más fuerte y más urgente para que la Fed endurezca hoy que en episodios pasados. Con las expectativas de inflación a corto plazo ya altas, los aumentos adicionales en los precios de las materias primas podrían ser más preocupantes de lo habitual. Como resultado, no es esperable que el riesgo geopolítico impida que el FOMC suba constantemente 25 pb en sus próximas reuniones, aunque sí es razonable esperar que la incertidumbre geopolítica reduzca aún más las probabilidades de un aumento de 50 pb en marzo.

Según estimaciones de Goldman Sachs, un aumento de US$10/bbl en el precio del petróleo impulsa la inflación PCE subyacente de EE.UU. en 3,5 pb y la inflación PCE general en 20 pb, pero reduce el crecimiento del PIB en poco menos de 0,1 p.b. El golpe al crecimiento podría ser algo mayor si el riesgo geopolítico endurece sustancialmente las condiciones financieras y aumenta la incertidumbre para las empresas.

Fuente: Goldman Sachs

 

Por lo tanto, las tensiones geopolíticas si importan, pero el problema de fondo que enfrentan hoy los mercados y por tanto las decisiones de inversión es la inflación (riesgo retroalimentado por la geopolítica, por cierto) y debe abordarse decididamente y me atrevo a decir más… es preferible que la FED se muestre firme en marzo a que ha que siga siendo complaciente, contrario al sentido común puede ser bastante mejor recibo por el mercado, ya que no hay nada más dañino para las decisiones empresariales y de consumidores que la incertidumbre en torno a la inflación.

¿Alguna recomendación?

Sume exposición a materias primas. La escalada geopolítica ha aumentado considerablemente el riesgo de agravar aún más la crisis energética y de materias primas que se desarrolló en los últimos 2 años. Las posibles interrupciones del comercio de petróleo, gas, cereales y metales representan ahora un riesgo significativo para las inversiones y la economía real. Los inversionistas deberían entonces cubrir este riesgo aumentando las asignaciones a materias primas, energía y materiales. Estas asignaciones servirían como cobertura para la inflación, los riesgos geopolíticos.

 

Humberto Mora

Estrategia e Inversiones