CAFÉ DOBLE
Marzo 4, 2022 - 2 min

Cable a tierra

El último IMACEC nos aterriza nuevamente en la realidad

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No es ningún secreto que soy hincha furibundo de la Universidad de Chile. Y como tal, he sabido de lo dulce y agraz que puede ser identificarse tan fuerte con un equipo, especialmente en una semana como esta, en la que se juega la versión 191 del superclásico. Desde mayo de 2013, con un gol casi en los descuentos de Charles Aránguiz, que no derrotamos al clásico rival y, peor aún, desde 2001 que no lo hacemos en su estadio. Es como que, independiente del nivel futbolístico que exhiba el club, siempre viene esta fatídica fecha en la que tiramos un cable a tierra, dejamos de ilusionarnos con que “ahora sí que sí” y volvemos a esta realidad que ha durado demasiado tiempo.

Creo que esta figura del cable a tierra describe muy bien lo que ocurrió luego de que el Banco Central publicara el Imacec de enero, el que aumentó 9,0% respecto al mismo periodo del año pasado. Una variación que, en cualquier otro momento del tiempo, hubiera sido motivo de alegría pero que, en esta pasada, pasó a ser de preocupación. Independiente de que el dato haya estado bajo las expectativas del mercado -lo cual tiene cierta cuota de subjetividad-, evidenció otras señales sobre un proceso de desaceleración que pudiera ir más rápido a lo esperado

En primer lugar, estadísticamente hablando, no era exigente esperar una variación sobre los dos dígitos, por razones de nivel, de base de comparación, etc. Esto no ocurrió, porque, en términos desestacionalizados, la serie cayó 1,0% respecto al mes anterior, la mayor disminución desde marzo del año pasado. “No fue hace tanto”, dirá usted, pero no olvidemos que ese resultado se produjo luego del restablecimiento de todas las medidas de restricción de la movilidad en gran parte del país, cosa que en esta pasada no ha ocurrido. De hecho, no he podido encontrar motivos exógenos que puedan explicar esta baja, lo que nos deja solamente con razones asociadas directamente al ciclo económico

En segundo lugar, al desagregar la cifra, encontramos que el sector que más se desaceleró fue Comercio, a pesar de que sigue mostrando variaciones interanuales importantes. Es más, incrementó la velocidad con la que lo venía haciendo los meses previos. En contraposición, Servicios fue el único sector que siguió aumentando en el margen, entendiendo también que fue unos de los últimos en sumarse al ciclo de recuperación del año pasado. Por lo tanto, tal como adelantábamos, la ausencia de medidas adicionales de liquidez y de transferencias fiscales a los hogares en 2022 estarían impactando más temprano que tarde, aunque deberemos esperar más cifras para poder concluir aquello con mayor convicción. 

Finalmente, los eventos geopolíticos que estamos evidenciando hoy seguramente van a impactar los próximos meses, lo que se va a sumar al proceso de desaceleración interno que ya ha comenzado. Esto ratifica nuestra expectativa de crecimiento bajo 2,0% para el presente año, lo que se encuentra bajo la mayoría de las estimaciones. Después de un boyante 2021, el cable a tierra de 2022 nos devolverá a la realidad del país que estamos construyendo y nos mostrará que todas las cuentas, finalmente hay que pagarlas. Aunque, tal como en el fútbol, pensemos que esta vez va a ser diferente.

 

Nathan Pincheira 

Economista Jefe de Fynsa