Economía verde
Febrero 3, 2023 - 2 min

El lado B de las tecnologías digitales

La digitalización es parte fundamental de la solución para combatir el cambio climático, pero también es parte del problema.

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Ver una serie en Netflix o compartir un video en redes sociales parece un pasatiempo verde, sin impacto en el medio ambiente, ¿cierto? Pero las cosas no son tan sencillas. Y es que para manejar los cientos de miles de millones de bytes que generamos y consumimos, los data center que almacenan, procesan y redistribuyen esta inmensidad de datos son grandes consumidores de energía, a lo que debemos sumar la energía consumida en la fabricación y distribución de los dispositivos digitales, desde el celular al laptop, pasando por el Smart TV y los servidores, y el consumo al utilizarlos.

Según estimaciones de The Shift Project, una ONG con sede en París, la participación en las emisiones de gases de efecto invernadero de las tecnologías digitales pasó de 2,5% del total en 2013 a 3,7% en 2019, una huella de carbono mayor que la del transporte aéreo. Las principales fuentes de emisiones fueron el uso de videos en línea y el aumento en el consumo de dispositivos electrónicos de corta vida. La intensidad energética de la industria tecnológica está aumentando un 4% por año, frente al descenso de 1,8% anual que muestra la intensidad energética del PIB global.

Estos números esconden una paradoja. Las tecnologías digitales son clave para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero, al mismo tiempo, se están convirtiendo en una fuente importante, y creciente, de estas emisiones.

Afortunadamente, las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, el internet de las cosas y el machine learning están ayudando a hacer de la industria tecnológica una actividad más verde. Pero The Shift Project propone también un cambio en la forma que consumimos tecnología: hacerlo de una forma más sobria y con conciencia del impacto de la digitalización en el cambio climático.

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