Durante la pandemia, el porcentaje de trabajadores de más de 65 años en los países industrializados se redujo notoriamente. La necesidad de reducir la fuerza laboral por la caída de actividad económica y el miedo a los contagios hizo que muchos jubilados activos o que habían postergado su decisión de hacerlo optaran por el retiro.
Según la experiencia histórica, pocos economistas esperaban que quienes optaron por jubilarse volvieran al ruedo. Pero este año, señala la revista The Economist, la tendencia se ha revertido. La revista británica aventura que hoy hay una mayor participación de mayores de 65 años en el mercado laboral de los países desarrollados que antes de la pandemia. Las estadísticas en Europa señalan que ya desde fines de 2020 se comenzó a ver un crecimiento en el número de personas de entre 55 y 74 años moviéndose desde la inactividad a ejercer un empleo.
Hay buenas y malas razones detrás de esta tendencia. Por un lado, la inflación está erosionando el poder adquisitivo de muchos jubilados, especialmente de aquellos que reciben un monto fijo, obligándolos a generar ingresos. Pero también estamos (por ahora) en un mercado laboral apretado, donde muchas empresas se ven obligadas a cubrir las vacantes con quienes llegan a tocar la puerta sin demasiada discriminación, con remuneraciones atractivas aunque solo sea en trabajos de tiempo parcial.