A principios de noviembre, la casa de subastas Christie’s remató la colección de arte del co-fundador de Microsoft, Paul Allen. Los US$1.500 millones que se recaudaron con la venta de la colección marcaron un récord histórico, consolidando el crecimiento que se venía observando en el mercado del arte desde principios de 2022. 

Según la encuesta global 2022 de coleccionistas, publicada por Art Basel y UBS (VER AQUÍ), el gasto en arte en el primer semestre de 2022 casi duplicó al de 2019, con un promedio de US$180.000 por coleccionista. El porcentaje de coleccionistas que adquirió obras de más de US$1 millón también dio un gran salto, pasando de 12% en 2021 a 23% este año. Hay otros hallazgos interesantes en la encuesta. El interés por el arte digital, por ejemplo: un 17% del gasto se dedicó a este, incluyendo 10% a obras de arte NTF, que alcanzaron un precio promedio de US$46.000. También se observa una brecha generacional. Mientras el 55% de los encuestados pertenecientes a la generación de baby boomers prefiere comprar personalmente en una galería, sólo el 28% de los encuestados de la generación Z comparte esta preferencia.

El 78% de los encuestados se mostró optimista respecto al mercado, con más de la mitad (55%) dispuesto a comprar obras durante el segundo semestre de 2022. La pregunta que surgió tras la subasta de la colección de Allen en noviembre es si este récord significaba el techo del mercado, agotando una parte importante del presupuesto de los coleccionistas en un ambiente de recesión global. La respuesta parece favorecer a los optimistas, sin embargo. Poco después de la venta de la colección Allen se puso a la venta la colección Solinger de arte moderno, que superó las estimaciones previas a la subasta y en la que el 60% de las obras se vendieron por encima del precio más alto estimado.