Especial elecciones presidenciales EE.UU.: Implicancias, riesgos y oportunidades de Trump 2.0
Una segunda presidencia de Trump podría traer consigo cambios significativos para la economía.
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Las elecciones estadounidenses están marcadas por acontecimientos extraordinarios e históricos, con el intento de asesinato del expresidente Trump y el debate en curso sobre si el presidente Biden puede seguir siendo el candidato presidencial demócrata, y los participantes del mercado ahora anticipan la posibilidad de una “Red Wave”.
A diferencia de los ciclos electorales anteriores, cuando el debate se centraba en qué conjunto de políticas probablemente sería más positivo para los mercados, los escenarios actuales parecen ser más neutrales, con el potencial de resultados negativos significativos. Una victoria presidencial de Biden probablemente sería más de lo mismo, dado que el Congreso sigue paralizado y limita la aprobación de nuevas políticas transformadoras. Sin embargo, una victoria de Trump podría impulsar cambios sustanciales en áreas como la política comercial (por ejemplo, EE.UU.-China), la política exterior (por ejemplo, Oriente Medio/Israel, Rusia/Ucrania, etc.), la regulación (por ejemplo, medio ambiente/energía, antimonopolio) y la política fiscal/tributaria (por ejemplo, la caducidad de la TCJA el 31/12/25).
En términos de probabilidades en el mercado de apuestas, Trump ha ampliado su ventaja sobre Biden (sobre todo después del primer debate presidencial e intento de asesinato). Las encuestas en los estados clave también muestran expectativas favorables para Trump. Por último, las encuestas de las elecciones generales también muestran que Trump lleva ventaja, pero por un margen más estrecho que las probabilidades de las apuestas.
Existen presiones y llamados públicos a Biden para que deponga su candidatura.Hoy existe una alta probabilidad de que Joe Biden escuche los llamados y deponga su candidatura, donde Kamala Harris sería la sucesora natural, pero los datos muestran hasta hoy que Harris no es significativamente más competitiva que Joe Biden después del debate.
La narrativa de desinflación y de relajación monetaria por parte de la Fed enfrenta pocos riesgos hasta 2024, pero hay una falta de consenso sobre las perspectivas para 2025, ya que las elecciones tienen el potencial de generar aranceles más altos, mayor inflación y un mayor gasto fiscal.
Una posible victoria de Trump podría ser un problema para el mercado de bonos, pero potencialmente también para las acciones.
Las expectativas del mercado de expansión fiscal, reflación y menor regulación bajo una presidencia de Trump están impulsando los rendimientos de los bonos del Tesoro (una curva de rendimiento más empinada), dado que su primer mandato estuvo marcado por tácticas reflacionarias, desde aranceles hasta recortes de impuestos.
Esas tácticas fueron bienvenidas durante el mandato de Trump, como demuestran las ganancias de las acciones en su primer mandato, pero hoy la situación es muy diferente, dado que la inflación ya es un importante viento en contra para los consumidores de una forma que no lo era antes de la pandemia.
Así entonces, creemos que estamos entrando en un periodo de mayor incertidumbre para la renta variable, pero de mucha mayor certidumbre en torno a políticas proteccionistas sostenidas (tanto Trump como Biden lo dejaron muy claro en el debate) y una era de inflación mucho más alta en relación con el régimen 2010-2020.
En efecto, ahora que la elección “se adelantó”, la volatilidad ha aumentado y la renta variable está terminando la semana con pérdidas superiores al 2.0% (el Nasdaq ha perdido un 4%), Pero más que una venta indiscriminada de acciones, lo que hemos estado viendo es cierta “rotación sectorial” con ventas en tecnología e IA y compra en sectores más value y mediana y pequeña capitalización, movimiento que podría estar explicado también por las expectativas de pronto inicio de recorte de tasas por parte de la FED.
Y los efectos también se han empezado a sentir en el dólar. Si bien el dólar index ha estado más bien estable en las últimas semanas, presionado también por las expectativas de recortes de la FED, los tipos de cambio emergentes, especialmente Latam, han subido con fuerza en la última semana. El peso chileno se ha depreciado cerca de un 4,5% en la semana, afectado también por la caída de cobre por los temores de un recrudecimiento de la guerra comercial con China.
Estos movimientos parecen consistentes con los probables “ganadores” de una presidencia de Trump, eso es, largos en bancos, energía, salud, dólar más fuerte ponderado por comercio.