La República Democrática del Congo (RDC) está desplazando a Perú como el segundo mayor productor de cobre del mundo. Este logro tiene un nombre: Kamoa-Kakula, un inmenso yacimiento de cobre y cobalto de bajo costo que comenzó su producción comercial a mediados de 2021. La mina es propiedad de un joint venture formado por la canadiense Ivanhoe, la china Zijin y el gobierno de la RDC. La producción del yacimiento dio un significativo salto este año, al concluir un proyecto para eliminar cuellos de botella en sus instalaciones, que le ha permitido aumentar su producción desde las 330.000 toneladas de cobre fino en concentrados registradas en 2022, a más de 400.000 toneladas estimadas para este año.

Pero hay más. Los socios en el proyecto están desarrollando su tercera fase, que estará concluida en 2024 tras una inversión de US$3.000 millones, y que permitirá aumentar la producción de la mina a 650.000 toneladas de cobre fino por año, convirtiéndola en una de las mayores minas de cobre del mundo.

Las inversiones en el sector minero son los principales motores del crecimiento del 6,4% del PIB de la RDC proyectado para el 2024. Además de la expansión de Kamoa-Kakula, se iniciarán los trabajos para un corredor logístico de más de US$1.000 millones de inversión para dar salida a la producción del cinturón de cobre de África Central vía Angola, además de un proyecto carretero de US$850 millones para conectar el país con la costa de Tanzania en el este de África. 

También se han anunciado proyectos mineros por US$1.900 millones de inversión respaldados por los Emiratos Árabes Unidos, principalmente para producir oro, mientras que Ivanhoe firmó un acuerdo con la minera estatal de la RDC, Gecamines, para poner en operaciones nuevamente la mina de zinc, cobre, plata y germanio de Kipushi, lo que podría ocurrir a fines de 2024. Con una producción de 270.000 toneladas de zinc en concentrados, sería una de las mayores minas de este metal en el mundo.