Café doble
Mayo 26, 2023 - 2 min

Que no lo pille desprevenido

Las Reuniones de Política Financiera se realizan dos veces al año, por lo menos; la primera de ellas ocurrió en mayo de 2022. Es decir, es una instancia relativamente nueva.

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En la semana se llevó a cabo la Reunión de Política Financiera del primer trimestre, previa a la publicación del Informe de Estabilidad Financiera del mismo periodo. En esta oportunidad, las decisiones tomadas en aquella instancia no pasaron inadvertidas: el Consejo decidió, por primera vez, activar el Requerimiento de Capital Contracíclico (RCC), por un monto de 0,5% de los activos ponderados por riesgo de los bancos, con plazo de un año para llevarse a cabo. Según algunas estimaciones, esto alcanzaría los US$1.500 millones. 

Sin embargo, pude notar que no muchos estaban familiarizados con este instrumento. De hecho, me di cuenta de que varios ni siquiera tenían agendada la RPF en sus calendarios. Por lo tanto, vamos a responder algunas de sus interrogantes. 

En primer lugar, las Reuniones de Política Financiera se realizan dos veces al año, por lo menos, la primera de ellas ocurriendo el primer semestre de 2022 (fue el 17 de mayo). Es decir, es una instancia relativamente nueva. Cabe decir que esta es la tercera en desarrollarse. En estas instancias, el equipo de la División de Política Financiera del Banco le presentará al consejo una propuesta sobre el RCC, basada en una serie de análisis, la cual también contará con la venia de la CMF.

En segundo lugar, el objetivo de el RCC es actuar como “colchón” de capital para que esté disponible frente a escenarios negativos, momento en el que se libera ese colchón, permitiendo mitigar los impactos de una abrupta restricción del crédito. Por lo tanto, como resulta evidente, la activación del RCC debe ser previo a la ocurrencia del shock negativo en cuestión, ya que, en caso de ser contemporáneo, perdería su carácter anticíclico y, de hecho, empeoraría la situación que pretende evitar. Como cualquier decisión, trae beneficios y costos, y es parte de la evaluación del consejo el considerarlos, asumiendo además que se toma en un contexto de incertidumbre.

En tercer lugar, se ha criticado la activación del RCC por ser una decisión poco transparente y no contar con los modelos matemáticos que la fundamenten. Al respecto, podemos indicar que la información con la que se cuenta para fundamentar esta decisión no dista mucho de la que se cuenta al momento de que el Central toma decisiones respecto a la TPM. Es más, se toma un día antes de la publicación del Informe de Estabilidad Financiera, documento bastante completo que analiza justamente los riesgos desde aquel punto de vista. Sin embargo, además hay que considerar que las decisiones en política económica, en particular la monetaria, tienen un componente cuantitativo, pero también uno cualitativo y de juicio, como se indica en todos los documentos sobre el funcionamiento del Banco Central y sus modelos. En esta oportunidad, la activación del RCC se habría fundamentado en los riesgos externos provocados por la situación bancaria en EE.UU. y en otros países desarrollados. Se considera que su probabilidad de ocurrencia es baja, pero sus potenciales efectos son muy elevados.

Finalmente, y haciendo eco sobre lo que se ha declarado a posteriori por las autoridades e instituciones pertinentes, el monto y los plazos informados no debiesen ser elementos disruptivos en el otorgamiento de crédito actual, ya que una parte importante de los bancos cuentan con holguras suficientes para cubrir el RCC sin tener que incrementar su capital.

Para que no lo pille desprevenido, el comunicado de la próxima RPF se publicará el 7 de noviembre. 

 

Nathan Pincheira

Economista Jefe de Fynsa