Café doble
Mayo 12, 2023 - 2 min

Inflexión

En el corto plazo, las buenas noticias deberían continuar: para mayo esperamos que el IPC aumente 0,2% respecto a abril, lo que llevaría la variación interanual hasta 8,8%.

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El problema inflacionario está lejos de acabar, pero tengo la sensación de que podemos estar en el comienzo del fin de este desequilibrio tan negativo para todos. Si bien aún queda mucho como para sacar conclusiones más definitivas, los datos publicados por el INE respecto al IPC de abril entregan ciertas pistas auspiciosas.

En primer lugar, se nos informó que el IPC del cuarto mes del año aumentó 0,3% respecto a marzo, lo que se encontró levemente sobre lo que esperábamos nosotros (aunque por una discrepancia metodológica), pero en línea con lo del mercado. De esta manera, la variación interanual se redujo desde 11,1% hasta 9,9%, retornando a un solo dígito después de trece meses. Si bien esta reducción es algo que hemos visto en los registros anteriores, desde este dato debería intensificarse a una mayor velocidad.

En segundo lugar, la desagregación subyacente también mostró buenas noticias. La principal explicación de la reducción de la inflación durante los últimos meses ha sido la moderación del componente volátil, de la mano de caídas de los precios de los alimentos y combustibles, mientras el componente no volátil se mantenía casi sin variaciones desde agosto del año pasado. Esto se agravaba al mirar el subíndice de servicios, que no sólo se había mantenido, sino que incluso había aumentado. Por lo tanto, la reducción de todos los indicadores subyacentes es un hecho que no puede pasar inadvertido. Es más, en nuestro análisis, es el resultado más importante que nos entregó este IPC.

Otra medida interesante en este contexto ha sido mirar el índice de difusión, medido como el porcentaje de bienes que aumenta de precio. Éste llegó a 51% durante abril, lo que se encontró por debajo de lo observado en abril de 2022 pero, de manera más sorprendente, por debajo del promedio de los “abriles” desde 2009. Un resultado similar no se replicaba desde 2021. Por lo tanto, si bien hay todavía productos que continuarán aumentando por sus determinantes indexados, cada vez serían menos, haciendo que la retroalimentación también se reduzca.

El más contento con este dato debe ser el Central. Tener una política monetaria tan contractiva y no ver resultados en la inflación debe haber sido muy decepcionante. Empezar a ver resultados no solo devuelve credibilidad, sino que también entrega más grados de libertad para posibles recortes de la TPM en los próximos meses. Eso sí, seguimos pensando que no antes de septiembre.

En el corto plazo, las buenas noticias deberían continuar. Para mayo esperamos que el IPC aumente 0,2% respecto a abril, lo que llevaría la variación interanual hasta 8,8%. Finalmente, mantenemos nuestra proyección para fin de año en 5,0%.

 

Nathan Pincheira

Economista Jefe de Fynsa