Durante el 2022, la SEC (The U.S. Securities and Exchange Commission) impuso a las empresas que divulguen sus emisiones y otros impactos que puedan afectar al medioambiente, mientras grupos ecologistas solicitan al congreso norteamericano que promulgue leyes que obliguen a las empresas a entregar información sobre su impacto en el cambio climático y sus mitigaciones, especialmente a aquellas compañías que cotizan en Bolsa. Más de dos tercios de los estadounidenses tienen la obligación de informar y reducir su huella de carbono. 

Esto representa una oportunidad para que empresas de software, tecnología, financieras y otras reguladas que adopten el camino de trazar su huella de carbono y/o impacto climático, puedan ser elegibles para financiamientos que exijan como requisito tener eficiencia medioambiental en toda la cadena productiva o de servicios, asegurando el menor impacto posible en el medioambiente.

Financiar la transición

Los consumidores europeos son cada vez más conscientes del efecto del sector financiero en el cambio climático. Hemos observado la creación de fundaciones, fondos o incentivos estatales que permitan o fomenten la intersección de las finanzas, el clima y la comunidad. Vemos cómo ya hay varias Fintech buscando ser catalogadas de “verdes”, enfocándose en un entorno comunitario y educativo que sea pro-medioambiente, como, por ejemplo, empresas que financian solo la compra de autos eléctricos, o que apoyan al reciclaje, entre varias iniciativas.

Esperamos que en los próximos años los nuevos productos financieros tengan el foco puesto en la sostenibilidad y la trazabilidad, donde se pueda monitorear cómo el financiamiento -ya sea directa o indirectamente- aporta a proyectos amigables con el medioambiente y que su efecto en la huella de carbono tienda a cero. 

Por eso se hace importante poder entender que, al financiar tanto a personas como empresas, estos recursos se utilicen para operar activos que tengan un efecto positivo para el medioambiente y la comunidad, y permitan un desarrollo económico de impacto. Este será también un componente importante para la toma de decisiones de inversión, tanto para inversionistas institucionales como para personas naturales, ya sea por diversificación de portafolio como por conciencia ambiental.

Cristián Rodríguez

Gerente Deuda Privada Fynsa AGF