Marzo 14, 2025 - 2 min

Fondos de Inversión: Diferencias clave entre ETFs, Fondos Mutuos y de Cobertura

Desde los fondos pasivos hasta los más sofisticados, conoce qué tipo de instrumento de inversión es el adecuado para ti, con sus características y ventajas.

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Los fondos de inversión son vehículos colectivos administrados por expertos que permiten a los inversionistas unir su dinero para alcanzar un objetivo común. Dependiendo de la naturaleza de los activos en los que inviertan, estos fondos pueden tener diferentes niveles de riesgo, retorno y volatilidad. Por ejemplo, un fondo que invierte en acciones de países emergentes podría tener un retorno esperado más alto, pero también una mayor volatilidad, que uno centrado en depósitos a plazo fijo. 

Existen varios tipos de fondos de inversión, cada uno con características y beneficios específicos. A continuación, tres de los más comunes, desde lo más básico a lo más sofisticado: ETFs, Fondos Mutuos y Fondos de Cobertura. 

  • ETFs (Fondos Cotizados en Bolsa) 

Los ETFs son fondos de inversión gestionados de manera pasiva, lo que significa que su objetivo es replicar el comportamiento de un índice de referencia, sin intentar generar un rendimiento superior. Gracias a esta estrategia, sus comisiones de administración suelen ser bajas. Además, su precio se ajusta durante todo el día, lo que permite comprar o vender cuotas en cualquier momento. 

  • Fondos Mutuos 

A diferencia de los ETFs, los fondos mutuos son gestionados activamente, es decir, un equipo especializado busca generar un retorno superior al de un índice comparativo o benchmark. Sin embargo, debido a la gestión activa, estos fondos suelen tener comisiones más altas y requieren una inversión mínima. Los inversionistas pueden ingresar o retirar dinero, pero el valor de la cuota se calcula al final del día, una vez conocido el valor cuota. 

  • Fondos de Cobertura 

Los fondos de cobertura, o Hedge Funds, son los más sofisticados. Buscan generar rendimientos positivos sin importar el comportamiento del mercado. Utilizan estrategias complejas, como ventas cortas, apalancamiento (uso de deuda para aumentar la exposición) y derivados, entre otros. Debido a su nivel de especialización, sólo están disponibles para inversionistas calificados y suelen exigir un monto mínimo elevado. Además, cobran comisiones más altas, que pueden incluir una tarifa adicional si se superan ciertos rendimientos. 

En resumen, cada tipo de fondo tiene sus propias ventajas y riesgos. Dependiendo de tu perfil de inversión, horizonte temporal y necesidades de liquidez, se pueden combinar estos fondos para crear un portafolio diversificado que se ajuste a los objetivos de cada uno. La clave es entender cómo cada fondo encaja en tu estrategia general y aprovechar los beneficios de una cartera bien equilibrada. 

DISCLAIMER. 

 

Ciro Giraldez 

Portfolio Manager Renta Fija Fynsa AGF