El Banco Central de Chile (BCCh), en su última reunión, decidió mantener la Tasa de Política Monetaria (TPM) en 5,0%, lo que marca el fin a su ciclo de recortes de tasas. Según las Encuestas de Expectativas Económicas (EEE), se prevé únicamente un recorte de 25 pb, en la última parte de este año.
Esta decisión y las expectativas reflejan una postura cautelosa ante los riesgos externos, como la política monetaria más gradual en EE. UU., y en el plano local, los últimos datos de IPC (+1,1% y 0,4%) refuerzan la opción del ente regulador, ya que la inflación —aunque ha mostrado señales de moderación— sigue por encima del rango objetivo.
Las proyecciones más recientes del BCCh sitúan la inflación cercana al 4,0% para fines de 2025, con la expectativa de alcanzar el objetivo del 3% en el primer semestre de 2026. Entonces, ¿alcanzaremos estos objetivos?
Actualmente, los swaps de mercado sitúan la tasa en torno al 4,3%. Esto refleja un riesgo inflacionario aún latente, sumado a la incertidumbre política. Esto deja poco espacio para innovar.
Como hemos dicho en publicaciones anteriores, el refugio natural son las duraciones cortas, emigrando de depósitos a plazo a Deuda, lo que se refleja en mayores aportes a FFMM y en el bajo interés en nominales (exceptuando las duraciones 2-3Y, que siguen siendo la zona de la curva más atractiva en términos de riesgo-retorno). En el contexto económico actual, es natural que los partícipes del mercado se interesen por duraciones cortas en UF, pues ofrecen varias ventajas:
En palabras simples, vemos un mercado en búsqueda de instrumentos, con preferencia de hasta 3 años de duración, transando UF +2,70 en emisores de buen desempeño (AAA) y priorizando duraciones cortas con Depósitos Reajustables (DPR).
Víctor Valenzuela
Operador Mesa de Dinero