Noviembre 3, 2023 - 2 min

La batalla por el combustible verde en la aviación

Las líneas aéreas quieren adoptar los combustibles sustentables para sus operaciones. La pregunta es si habrá suficiente oferta.

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El transporte aéreo tiene un problema de emisiones de gases de efecto invernadero. Las aerolíneas han prometido alcanzar la carbononeutralidad para el 2050, pero el tema es cómo. Las baterías tienen limitaciones de peso y de tiempo de descarga para ser usados en los grandes aviones comerciales, mientras que el hidrógeno o el amoníaco verde todavía están lejos. La alternativa a mano, que ya se está usando, son los llamados combustibles sustentables para la aviación (SAF, por sus siglas en inglés), pero también tienen un problema: la limitación de la oferta.

Los SAF son producidos de distintas fuentes, principalmente a partir de biomasa (maíz, algas, desechos orgánicos, aceite de cocina usado), a los que se suman ahora algunos proyectos de combustibles sintéticos (que se obtienen combinando CO2 capturado de la atmósfera con hidrógeno verde). En 2022, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), se produjeron 300 millones de litros, tres veces más que en 2021, pero muy lejos de las necesidades de la industria. En 2023, se estima que los SAF representan solamente el 0,1% del consumo de combustible de la industria aérea. Para avanzar en su ruta a la descarbonización, la aviación necesitará un suministro de 8.000 millones de litros anuales para el 2025, 23.000 millones para el 2030, y 449.000 millones para el 2050.

El mercado de compras a futuro está muy activo. Microsoft, por ejemplo, ha entrado en este mercado con el compromiso de adquirir certificados de emisiones para compensar la huella de carbono de la empresa. En agosto la tecnológica firmó un acuerdo con IAG (matriz de British Airways e Iberia, entre otras) y la petrolera Phillips 66 para co-financiar la compra de 19 millones de litros de SAF, que se suma a un acuerdo con World Energy LLC para comprar créditos de carbono de 167 millones de litros de SAF en 10 años. Decenas de otras grandes empresas, como Google, Morgan Stanley, McKinsey y DHL, están involucradas en acuerdos similares. El objetivo es estimular la inversión en proyectos de SAF y ayudar a rebajar sus costos. Actualmente, el precio del SAF más que duplica al del combustible convencional.

En América Latina, Latam es la única aerolínea que tiene una meta establecida: apunta a que los SAF representen el 5% de su consumo de combustibles para el 2030. Pero el problema es el suministro. “La pregunta no es sí o no a los SAF, la pregunta es cómo”, señaló el CEO de Latam, Roberto Alvo, en una conferencia de la industria aérea de la región en octubre.