Es uno de los sectores de moda. La industria del wellness, o del bienestar, mueve US$1,8 billones (millones de millones) al año. Sólo en Estados Unidos, ha estado creciendo a una tasa de entre un 5% y 10% anual, según un estudio de McKinsey, consultora que realizó un estudio a partir de 5.000 entrevistas de consumidores del Reino Unido, China y Estados Unidos para conocer las tendencias que moverán el negocio en los próximos años. 

Uno de los primeros hallazgos es el sesgo generacional que está marcando a la industria: los consumidores de la generación Z y los millennials están adquiriendo más productos y servicios de esta industria que sus antecesores. ¿En qué líneas? Salud (piense en medicamentos de venta libre y vitaminas), apariencia (procedimientos cosméticos, productos para el cuidado de la piel), acondicionamiento físico (gimnasios, wearables), nutrición (servicios de suscripción de comidas, aplicaciones para seguimiento de la alimentación), descanso (cubrecolchones refrescantes, melatonina) y mindfulness (cursos y aplicaciones de meditación, sesiones de terapia).

¿Cuáles son las principales tendencias que influirán en la industria del wellness este año, según McKinsey?

Control de salud en casa: Kits para medir en casa deficiencias vitamínicas, posibles contagios de resfríos y gripes o niveles de colesterol.

Artefactos para biomonitoreo: smartwatches para medir diferentes indicadores fisiológicos, anillos que permiten medir la calidad del sueño y otros artefactos similares.

Productos y servicios personalizados, una oportunidad para la inteligencia artificial generativa: los avances tecnológicos y el acceso a first party data (datos propios de una empresa de personas que han tenido contacto con su marca) abren una puerta para combinar estos datos con inteligencia artificial y brindar mayor precisión y customización de los productos y los servicios.

Clínicos más que puros: los consumidores están migrando del consumo de productos de ingredientes naturales a aquellos que contienen ingredientes clínicamente comprobados.

El doctor gana espacio: la proliferación de influencers de distinto tipo ha creado nuevas fuentes de información, pero con distintos grados de credibilidad. En este contexto está creciendo el peso de las recomendaciones de los médicos, que se ubican en tercer lugar tras ver los productos en la tienda y las recomendaciones de familiares y amigos, pero por encima las reseñas de consumidores o los blogs.

Puede ver el estudio aquí