Febrero 16, 2024 - 2 min

La opción de los SAF para la industria aérea

Varias startups buscan producir combustibles verdes para descarbonizar la aviación

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La aviación es uno de los sectores más difíciles de descarbonizar. Las opciones de contar con aviones eléctricos de capacidad similar a la que ahora usamos para volar comercialmente son, por ahora, inviables debido al peso de las baterías. El hidrógeno es una promesa, pero está lejos de convertirse en una realidad. Así que, por ahora, la aviación comercial está apostando a los SAF, combustibles sustentables para aviación, por sus siglas en inglés, para volar en su ruta a la eliminación del uso de combustibles fósiles para el 2050.

El grueso de estos SAF –que debido a su limitada disponibilidad se mezclan con combustible convencional para impulsar las turbinas de los aviones en algunas rutas, como las de United Airlines originadas en Los Ángeles, California—proviene de bio combustibles, del procesamiento de grasas animales y del reciclaje de aceites de cocina.  Es un mercado en sus inicios –la primera línea aérea de EE.UU. en utilizar SAF en vuelos regulares comenzó a hacerlo en 2016—pero con un interesante potencial. Y, de hecho, la consultora Americas Market Intelligence estima que América Latina podría producir unos 4.700 millones de litros para el 2030, equivalente al 15% de la oferta global.

Pero los biocombustibles no son la única promesa para hacer crecer la oferta de SAF. En la actualidad están apareciendo startups para producir combustibles sintéticos para la aviación elaborados a partir de la captura de CO2, como Dimensional Energy, Aether Fuels y Metafuels. La más adelantada de estas iniciativas es la de Twelve, una startup que puso en funcionamiento en febrero su primera unidad de escala comercial para la transformación de CO2 en SAF. Twelve venderá el SAF producido en esa planta a la empresa aerocomercial Alaska Air Group, y además generará créditos de carbono para clientes como Microsoft y Shopify. La planta de Twelve se alimentará de hidroelectricidad para transformar CO2 producido en una planta de etanol cercana a su ubicación.

En Chile, la empresa HIF ha comenzado en Magallanes la producción piloto de combustibles sintéticos a partir de energía eólica y de CO2 capturado de la atmósfera. Este combustible sintético está destinado a vehículos terrestres.