El oro hizo noticia esta semana, ya que su precio superó los US$2.500 la onza, con lo que la barra típica de 400 onzas alcanzó —por primera vez en la historia— un valor de US$1 millón. Este valor, que ha registrado un aumento del 21% en lo que va de año, está impulsado por las expectativas de recorte de tasas por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos.
El auge del metal precioso, que según varios analistas se mantendrá en los próximos meses, se da en un escenario de acomodo de las materias primas, que se están ajustando a los vaivenes de la economía china.
El caso más notorio de ajuste es el del mineral de hierro. Este metal ferroso vivió un intenso ciclo alcista en las últimas décadas: desde 1995 hasta su peak de casi US$220 la tonelada en 2021, su precio registró un aumento de 935%, muy por encima del petróleo (534%) o el cobre (374%). Sin embargo, a partir de allí, ha mostrado una clara tendencia bajista que ha llevado su valor a cerca de US$100 la tonelada en la actualidad.
Para Javier Blas, columnista de materias primas de Bloomberg, se trata del fin del ciclo del mayor boom registrado entre las materias primas hasta ahora. ¿La razón? El cambio del modelo de crecimiento chino, que está apuntando más a los servicios que a las tradicionales manufacturas, según Blas.
China es el mayor productor mundial de acero (fabricado a partir de mineral de hierro), con Baowu Steel a la cabeza. Con el sector construcción del Gigante Asiático en crisis, la industria del acero se enfrenta a un “largo invierno”, como señaló el presidente de Baowu, Hu Wangming.
Aunque también con cierto grado de incertidumbre, el escenario para el cobre se ve menos dramático. La demanda por el metal rojo se ve optimista gracias a la demanda del sector eléctrico, incluyendo la expansión de redes de transmisión y distribución de electricidad en China y el auge de los vehículos eléctricos; no obstante, la crisis del sector construcción también golpeará la demanda de este metal industrial. Su precio ha tenido un par de semanas al alza, pero a mediados de agosto seguía en US$2.000 por tonelada, por debajo del techo que alcanzó en mayo de este año.