El 2023 no fue un buen año para las materias primas en general. Los productos cuyos precios más subieron fueron el oro (13,10% frente a 2022) y el cobre (apenas 1,19%), lo que se compara con las subidas del litio (72,49%) y el níquel (43,13%) en 2022 frente al año anterior. Para el 2024, las proyecciones apuntan a un mercado menos volátil a pesar de que la guerra en Ucrania continúa y a las disrupciones que se observan en puntos críticos de las rutas internacionales de comercio, como los ataques en el Mar Rojo y las restricciones de tránsito en el Canal de Panamá debido a la sequía.
Según la consultora Economist Intelligence Unit (EIU), en el caso de las materias primas agrícolas, la guerra de Ucrania y la evolución del fenómeno de El Niño serán los principales factores de variación (para empezar, por ejemplo, la cosecha en Argentina finalmente no será tan buena como se proyectaba, debido a factores climáticos).
Para los metales base, EIU espera una ligera recuperación de los precios, especialmente aluminio y níquel (debido al peso de Rusia como proveedor), pero es menos optimista en el corto plazo para el cobre: si bien este metal es central en la electrificación de la economía y presenta buenas perspectivas a mediano/largo plazo, el mal desempeño de la economía de China, con una demanda que no despega y una profunda crisis en el sector construcción no favorece la recuperación del precio durante 2024.
A continuación, las cinco materias primas cuyos precios más variaron en los últimos cuatro años: