Julio 12, 2024 - 2 min

No perdamos la perspectiva

Seguimos viendo que, excluyendo el impacto que podría tener tarifas eléctricas, las presiones inflacionarias en la economía son bajas y siguen dando cuenta de una actividad estancada

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Durante las últimas semanas, hemos hablado bastante sobre el asunto de las tarifas eléctricas, el importante incremento que se espera durante los siguientes meses y lo que implicaría en términos inflacionarios. Independiente de algunas “curiosidades” metodológicas que ha aplicado el INE en lo reciente y de la publicación de tarifas para julio que incluyen alzas menores a las que se estimaban, creo que hemos olvidado el resto de los productos de la canasta, cuyo análisis no nos debe ser indiferente.

En lo inmediato, el IPC de junio disminuyó 0,1% versus mayo, lo que se encontró en línea con nuestras expectativas. De esta manera, la variación interanual aumentó levemente hasta 4,2% (desde 4,1%) para la serie empalmada, y hasta 3,8% (desde 3,4%) en la serie referencial. Con todo, los precios acumulan un alza de 2,4% en lo que va de 2024. En esta oportunidad, las divisiones que tuvieron más incidencia negativa fueron Vestuario (-6,1%; incidencia -0,167 pp) y Equipamiento y mantención del hogar (-2,2%; incidencia -0,134 pp), lo que fue compensado parcialmente por Alimentos (+1,3%; incidencia 0,287 pp). 

Si analizamos las caídas, nos damos cuenta de algo interesante que, si bien siempre ha estado en la sabiduría popular, ahora hasta los indicadores oficiales lo reflejan: en mayo vimos un incremento de precios motivado por el cyber day que se venía en junio, para así mostrar disminuciones más impactantes frente al consumidor. 

Pero, más allá de esta anécdota, pasaron otras cosas. El IPC sin Volátiles cayó 0,2% m/m, con lo que su variación interanual se redujo hasta 3,2%. Sí, lee bien, ya casi un 3%. Esto permite un análisis bastante diferente a lo que se podría haber inferido en mayo. Desagregando, el componente de Servicios sin Volátiles aumentó 0,2% m/m, pasando interanualmente desde 5,3% hasta 5,1%. Por su parte, los Bienes evidenciaron una variación negativa de 0,8% m/m, causando que en la comparación respecto al año anterior disminuyeran desde 1,1% a 0,7%.

De forma más impactante, notamos que el índice de difusión (o porcentaje de productos que aumentó de precio) llegó a 36,4%, el menor del año, ubicándose por debajo el promedio de los junios (45%) y el dato de 2023. Como mencionamos previamente, esto viene a confirmar que la explicación para el alza del indicador durante el mes pasado fue el incremento de precios previo al cyber day, especialmente por las divisiones en las que se evidenció.

Dados estos antecedentes, seguimos viendo que, excluyendo el impacto que podría tener tarifas eléctricas, las presiones inflacionarias en la economía son bajas y siguen dando cuenta de una actividad estancada que aún no muestra síntomas concretos de recuperación. Los shocks cambiarios y ahora de tarifas no serían suficientes como para tener impactos significativos más allá de los directos y el riesgo de efectos de segunda vuelta son bajos. Con todo, entonces, creemos que la cautela del Central ante estos eventos ha sido desproporcionada y el mensaje de un solo recorte adicional en la TPM, de 25 pb, podría quedar corto en una economía que ya no requiere de una política monetaria contractiva. Así, de mantenerse esta tendencia, no le quedará otra que cambiar en algo su discurso en el IPoM de septiembre, quizás no modificando significativamente su visión para 2024, pero sí para la primera parte de 2025.

Nathan Pincheira

Economista Jefe de Fynsa