A nuestro entender, las últimas cifras sectoriales del INE nos entregan un panorama más cercano al estancamiento que a un crecimiento boyante.
La inflación de enero sorprendió al alza, pero debemos recordar que debutó una nueva canasta para medir la inflación, junto con una nueva base 2023 = 100, lo que adicionalmente incorporó cambios y mejoras metodológicas.
La principal pregunta que se hace el mercado tras el IPC de enero es si esta sorpresa pone en riesgo la disminución de la inflación.
Es importante mencionar que no creemos que la inflación se haya acabado y que los riesgos de persistencia y de menor velocidad de normalización siguen presentes.
Si bien el dato “menos malo” del Imacec evitaría la recesión técnica, esto no quiere decir que hay razones para ponerse optimista
No debemos perder de vista los impactos estructurales del estallido social y la pandemia sobre el mercado laboral