La credibilidad de un Banco Central también se juega haciendo lo que tiene más sentido para la economía dependiendo de las circunstancias.
Han bajado las preocupaciones financieras, pero hay nuevos frentes en los ámbitos políticos y de gobernanza corporativa
El ajuste continuará y una reducción de la demanda interna es condición necesaria para reducir la inflación y llevar el déficit de cuenta corriente a niveles más sostenibles.
El Banco Central decidió mantener la tasa en 11,25. La pregunta ahora es cuándo habrá novedades en ese frente.
Mayores tasas de interés ejercieron presión sobre las valorizaciones durante 2022, pero ahora el enfoque pasará de las valorizaciones a las utilidades corporativas, en un entorno macro cada vez más desafiante.
Siguiendo la costumbre, he querido resumir nuestras principales proyecciones para 2023, arriesgando a que, en doce meses, me pasen la cuenta.
El sistema se perfila también como una oportunidad para las Fintech, que además de poder participar en el sistema pueden crear aplicaciones específicas para potenciar su uso.
El riesgo de reducir la TPM y luego tener que revertirlo por una mala lectura de la información es muchísimo más alto que dejarla en 11,25% por más tiempo del adecuado.
Es importante mencionar que no creemos que la inflación se haya acabado y que los riesgos de persistencia y de menor velocidad de normalización siguen presentes.
Seguimos pensando que septiembre habría sido sólo el primero de muchos meses que mostrarán variación negativa