Una estrategia de sostenibilidad efectiva puede ayudar a limitar el impacto social. Por lo mismo, la inversión con impacto social ha tomado fuerza en el mundo financiero, donde los inversores buscan retornos financieros y generar un impacto positivo en la sociedad y en el medio ambiente.
Los fondos de inversión desempeñan un papel crucial al canalizar recursos hacia proyectos y empresas que promueven estos objetivos, alineando el capital con los valores éticos y sostenibles de los inversores.
En la actualidad es cada vez más frecuente escuchar y apostar por fondos cuya inversión es sostenible y responsable, comúnmente conocidos como fondos ESG (por las siglas en inglés de Environmental, Social, and Governance), que integran criterios ambientales, sociales y de buen gobierno corporativo. Estos buscan un rendimiento competitivo y promueven prácticas empresariales responsables y transparentes.
Un paso más allá están los fondos de impacto social, que se enfocan directamente en generar un impacto positivo y tangible en la sociedad. Estos fondos invierten en sectores como educación, salud, acceso a recursos básicos y tecnología para el desarrollo, entre otros, asegurando que el capital se utilice para enfrentar algunos de los desafíos más urgentes de la sociedad.
El Caso de Fynsa Venture Capital I y su Inversión en Galgo
Fynsa Venture Capital I es un ejemplo de cómo un fondo de inversión puede alinear sus objetivos financieros con un impacto social positivo. Su inversión clave es en Galgo (anteriormente conocida como Migrante), una empresa dedicada a proporcionar acceso a crédito a población sub bancarizada, permitiendo que personas, que tradicionalmente no han tenido acceso a financiamiento, puedan acceder a la compra de motocicletas y automóviles a través de la compañía.
Galgo tiene un profundo impacto social al empoderar a individuos y familias, mejorando su movilidad y, en muchos casos, su capacidad para generar ingresos. La misión del fondo está alineada con los principios de inversión de impacto social, ya que facilita la inclusión financiera y contribuye al desarrollo económico de las comunidades marginadas en América Latina.
El éxito de compañías como esta refuerza la idea de que las inversiones con impacto social pueden ser tanto rentables como sostenibles, y que empresas como Galgo están bien posicionadas para liderar el cambio en mercados emergentes.
Contribuyendo al desarrollo sostenible
Las inversiones de empresas como Galgo también aportan con varios de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, como lo es el acceso a trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8) y la reducción de las desigualdades (ODS 10). Al apoyar a empresas con este compromiso, los fondos de inversión pueden desempeñar un papel fundamental en la creación de un futuro más equitativo y sostenible.
Además, para los inversores, el alineamiento de los fondos con los principios ESG o de impacto social, puede ofrecer ventajas adicionales, como la mitigación de riesgos a largo plazo y la atracción de una base de inversores más diversa, que valoran tanto el impacto financiero como el social.
En este sentido, el enfoque de Fynsa Venture Capital I en inversiones de impacto, como la realizada en Galgo, demuestra el poder transformador de los fondos de inversión cuando se integran principios de responsabilidad social y sostenibilidad en sus estrategias. Estas inversiones generan retornos financieros y contribuyen significativamente al desarrollo económico y social, alineando los intereses de los inversores con las necesidades urgentes de las comunidades globales.
Juan Manuel Alessandrini
Analista Fondos Internacionales Fynsa AGF