Octubre 11, 2024 - 2 min

No hay primera sin segunda

La estrategia de política monetaria no debiese exhibir mayores cambios, mientras que el ciclo de recortes seguiría a un paso menos agresivo que en el pasado, con rebajas de 25 pb en octubre y en diciembre. Así, la TPM cerraría el año en 5,00%. 

Comparte

Septiembre, mes de las Fiestas Patrias. Asado y anticuchos, chicha y empanadas. Ensalada chilena, papas cocidas, viajes fuera de la capital y tacos infernales. Cueca y… alzas de precios. O bueno, eso era a lo que estábamos acostumbrados. Dependiendo de la canasta y el empalme, el IPC del noveno mes del año suele aumentar entre 0,5% y 0,6% respecto al periodo anterior. De hecho, durante 2023 observamos un incremento mensual de 0,7%.  

Sin embargo, algo pasó esta vez. El principal indicador de inflación del país evidenció un alza de sólo 0,1% durante septiembre, lo que estuvo bajo nuestras expectativas (0,3% m/m) y las del mercado (0,3% – 0,4% m/m). Es verdad que —por distintas razones— ya era esperada una variación bajo lo normal, pero no de esta cuantía.  

Las caídas del precio de los combustibles iban a jugar un rol importante en las menores estimaciones, pero aquello debiese haber quedado más que eclipsado por otras alzas estacionales dentro de la misma división y, por supuesto, por los aumentos agregados de los alimentos. Pero, para sorpresa de muchos, esto no ocurrió. 

¿Qué me diría si le cuento que, durante el mes, el precio de la carne y de las verduras cayó? Seguramente le cueste creer, pero eso fue lo que efectivamente ocurrió. Las protagonistas del asado mostraron una baja de 1,2%, cosa inusual pero no completamente inédita. ¿Le cuento algo más? Ya habíamos percibido un incremento sorpresivo de estos productos durante agosto, lo que podría hablar de ciertas alzas “adelantadas”, aminorando en algo este inusual comportamiento.  

De todas formas, lo de las verduras sí sorprende, con una caída de 2,4%, la más alta desde que la serie del IPC desagregado es comparable y sólo el segundo registro negativo para un septiembre (el anterior fue 2017). Nosotros estimábamos una división de alimentos más suavizada, pero no a este nivel. 

Con todo, la variación interanual en la serie empalmada (la que se ocupa para reajustes, UF y otros similares) pasó de 4,7% a 4,1%, mientras que para la serie referencial pasó de 4,6% a 4,0%. 

No obstante, no todo pueden ser buenas noticias. Como ya sabíamos, en octubre se producirá la segunda alza importante de las tarifas eléctricas para clientes regulados, las que —según nuestras proyecciones— alcanzarían más o menos un 17% (promediando entre distintas distribuidoras). Sólo este incremento tendría una incidencia de 0,4 pp.  

Si a lo anterior le agregamos algunos rebotes que hemos visto en la división de alimentos, justamente en los productos más arriba citados, entre otros, tenemos 0,4 pp adicionales, con lo que la estimación inflacionaria para el décimo mes de 2024 es de 0,8%. Con esto, tanto la serie referencial como la empalmada subirían hasta 4,5% en términos interanuales. Esto no debiese preocuparnos mayormente, considerando la naturaleza de las alzas.  

Es por todo esto que la estrategia de política monetaria tampoco debiese exhibir cambios. El ciclo de recortes continuaría, a un paso menos agresivo que en el pasado, con rebajas de 25 pb en octubre y en diciembre. Así, la TPM cerraría el año en 5,00%.

 

 

Nathan Pincheira

Economista Jefe de Fynsa