Abril 12, 2024 - 2 min

Reforma de pensiones: Una nueva oportunidad para Chile

Para CFA Society Chile una buena reforma debe incorporar aumentos graduales en la jubilación de todos los trabajadores, fomentar la institucionalidad y sostenibilidad del sistema, y propender hacia una administración técnica y profesional de los recursos.

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Por CFA Society Chile

La opinión tanto de académicos, técnicos y políticos ha  demostrado la convicción de que es necesario reformar  el sistema de pensiones en Chile. En la actualidad  existe un amplio consenso técnico sobre los problemas  estructurales que afectan al sistema chileno, que se ha  estudiado con profundidad hace más de 15 años por  diversas comisiones y expertos de distintas tendencias  políticas. 

Si bien existe coincidencia en los conceptos técnicos,  el mundo político no ha logrado incorporar este nivel de  consenso en sus propias discusiones y decisiones. En  CFA Society Chile creemos que la falta de voluntad  política es la que ha impedido alcanzar un acuerdo que  permita avanzar en una reforma estructural y de largo  plazo, que responda a las demandas y expectativas de  la ciudadanía. 

Los últimos tres gobiernos han presentado proyectos  de reforma que, en términos generales, están en línea  con lo que se observa en la mayoría de los países  OECD. Estas propuestas coinciden en: aumentar la  tasa de contribución entre 5 y 6 puntos, cuya  distribución va a cuentas individuales, ahorro colectivo  y solidaridad; avanzar hacia un sistema mixto de  pensiones, financiado tripartitamente por el trabajador,  el empleador y el Estado, incorporando componentes  de solidaridad intergeneracional y de género; y buscar  introducir mayor competencia a la industria en distintas  dimensiones. 

Para CFA Society Chile una buena reforma debe incorporar aumentos graduales en la jubilación de  todos los trabajadores, fomentar la institucionalidad y  sostenibilidad del sistema, y propender hacia una  administración técnica y profesional de los recursos,  incentivando la participación y competencia entre los mejores administradores de inversiones de Chile y el  mundo.  

Además, la gobernanza de un buen sistema tiene que considerar el mejor profesionalismo y conducta ética,  tanto en la operación de los participantes privados,  como en la participación del Estado, para asegurar el  resguardo y crecimiento de las pensiones. También es  crítico que cada nueva prestación a cargo del Estado  esté completamente financiada, ya sea a través de  mayores ingresos fiscales estructurales, y/o a través de  nuevas contribuciones que se contemplen en la  reforma. 

Por último, el sistema debe contemplar los potenciales desincentivos que generan las pensiones garantizadas,  y generar herramientas que contribuyan a minimizar  este riesgo, además de incorporar incentivos para la  cotización y formalidad laboral, así como cualquier otro  que promueva el ahorro voluntario. Adicionalmente,  medidas que promuevan el retiro de ahorros para la  jubilación para ser usadas en consumo corriente, como  el autopréstamo, son ideas que apuntan en el sentido  contrario del objetivo final de cualquier sistema de  pensiones, que es la máxima acumulación de recursos  posibles para la vejez, por lo que deben evitarse. 

En esta línea, estamos convencidos que hoy es el  momento de cerrar un gran acuerdo político que habilite  una reforma centrada en mejorar las pensiones  presentes y futuras de los chilenos, que fomente el  ahorro y la inversión, y promueva así el crecimiento y el  desarrollo del país. No podemos perder una nueva  oportunidad y seguir postergando una necesidad clave  de la población. Es el momento de concretar una  buena reforma de pensiones.

Por Hugo Aravena, CFA, Pamela Auszenker, CFA y Javier García, CFA.