Café doble
Julio 14, 2022 - 2 min

Ups, I did it again

Por cuarta vez consecutiva el Banco Central realiza una modificación del sesgo del comunicado, repitiendo la situación de marzo y mayo: un sesgo que indicaba una pronta finalización del ciclo de alzas, para luego eliminar aquello y subir la tasa más de lo esperado

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Así nos cantaba Britney Spears a fines de los 90s, siendo su primero de innumerables hits, que la catapultaron a ser considerada la “princesa” del pop. El coro cantaba esa frase, culpándose de manera inocente por hacerle a su amor juvenil lo mismo que ya había hecho otras veces.

Este recuerdo de mi adolescencia fue lo primero que se me vino a la cabeza cuando leí el comunicado de la reunión de política monetaria del Banco Central. En ésta, el Ente rector aumentó la TPM en 75 pb, por sobre nuestras expectativas y las del consenso de Bloomberg (50 pb), aunque en línea con lo implícito en los activos financieros, para situarse en 9,75%.

En los antecedentes para tomar esta decisión, y en forma de resumen, se comenta que ha empeorado el escenario externo, el conflicto armado entre Ucrania y Rusia sigue siendo una importante fuente de riesgo e inestabilidad para los precios de las materias primas y, en este contexto, el cobre ha evidenciado una importante caída. Localmente, la actividad ha marchado en línea con lo esperado, ya que la sorpresa del último Imacec se explicó por el componente minero, con componentes de la demanda ralentizándose a dispar velocidad. Por su parte, los precios evolucionan dentro de lo descrito en el último IPoM, más allá de sorpresas específicas.

Con esto en mente, entonces ¿por qué se decide continuar con alzas de tasas que están en la parte alta del corredor de TPM? Según se puede desprender del comunicado, el principal actor en todo esto es la fuerte depreciación cambiaria y cito “(…) estos desarrollos provocarán un alza adicional de los precios internos, en un contexto en que la inflación y su persistencia ya son elevadas”. Con esto, la inflación marginal, si bien tendría su origen en una fuente “de oferta”, provocaría inercia, lo que a juicio del Consejo requiere una respuesta adicional de tasa. Si bien no compartimos completamente ese diagnóstico, entendemos las consecuencias de aquello.

Adicionalmente, por cuarta vez consecutiva, se realiza una modificación del sesgo del comunicado, repitiendo la situación vivida en las reuniones de marzo y mayo: un sesgo que indicaba una pronta finalización del ciclo de alzas, para luego eliminar aquello y subir la tasa más de lo esperado. Ups, lo hicieron de nuevo. Aunque creo que es tremendamente positivo contar con un Banco Central que cuente con la flexibilidad de cambiar su estrategia de política ante cambios repentinos de escenario, también creo que esto mina el efecto de la comunicación futura sobre las expectativas del mercado y la consiguiente generación de precios, justamente algo que el Central ha tratado de evitar en el pasado.

Así, nos parece relevante, entonces, reformular nuestro escenario para la política monetaria, toda vez que nos parece improbable que el cambio de sesgo (quitando el guiño al fin del ciclo alcista) se justifique por menos de 100 pb. De esta manera, pronosticamos que la TPM llegaría a 11% en la reunión de octubre, cerrando el año en ese nivel. Un nuevo corredor de política monetaria sería presentado en el IPoM de septiembre. Esperemos no lo haga de nuevo.

 

 

Nathan Pincheira

Economista Jefe de Fynsa