El crecimiento económico en Chile sigue siendo insuficiente y estructuralmente débil, lo que pone en evidencia la necesidad de un cambio en la estrategia para un desarrollo más sólido.
A nuestro entender, las últimas cifras sectoriales del INE nos entregan un panorama más cercano al estancamiento que a un crecimiento boyante.
La baja capacidad de crecimiento de nuestra economía debería ser una preocupación de primer orden, más allá de lo que diga un dato mensual
La evolución de la inflación facilita la comunicación de cara a un inminente recorte de la TPM por parte del Banco Central.
Lo que nos muestran las cifras es que la economía chilena se encuentra estancada.
A pesar de las señales de debilidad de la economía, creemos que el Banco Central mantendrá una postura más conservadora: en caso que así lo amerite, preferirá recortar la tasa de manera más agresiva llegado el momento, a comenzar los recortes antes de manera más tímida por el temor a equivocarse.
La caída del Imacec interanual parece contar una historia distinta de la que muestra el resultado desestacionalizado frente al período inmediatamente anterior.
A falta de más información, no necesariamente concordamos con la reacción del mercado, el que mejoró sus estimaciones para 2023.
Los consumidores han mostrado una capacidad de adaptación importante, pero hay ciertas cosas que no se pueden obviar, como los menores ingresos y la disminución de los ahorros.
Seguimos pensando que septiembre habría sido sólo el primero de muchos meses que mostrarán variación negativa