Proyectamos un nuevo recorte de 25 pb en la reunión de diciembre, con lo que la TPM terminaría 2024 en 5,0%. Como estimamos la tasa neutral en 4,25%, otras tres bajas debiesen producirse durante la primera mitad del próximo año, con espacio para algunas pausas sólo si es necesario por la coyuntura.
El IPC de octubre no da para prender las alarmas, ni tampoco cambia la trayectoria descendente que evidencia la inflación de un tiempo a esta parte. Es cierto que el importante incremento de tarifas eléctricas ha demorado este proceso, pero nos oponemos a pensar que lo ha desviado del todo.
El Banco Central de Chile ha retomado la reducción de tasas de interés, lo que ha llevado a una mayor relevancia de la UF y los bonos a corto plazo como alternativas de inversión conservadora.
Los activos locales siguen ofreciendo una atractiva relación riesgo retorno
Mantenemos preferencia por una estrategia de corta duración y alta indexación a la UF.
La probabilidad de que el proceso de convergencia a la inflación se interrumpa o definitivamente se dé vuelta ha caído significativamente, pero aún hay elementos de riesgo que hay que monitorear.
Los discursos y las comunicaciones del Consejo del Banco Central sólo han ido en una línea: aún es muy prematuro, existen riesgos elevados y el error de política puede resultar muy caro.
Mantenemos nuestra expectativa de que posibles movimientos de la TPM deberán esperar hasta septiembre.
El ajuste continuará y una reducción de la demanda interna es condición necesaria para reducir la inflación y llevar el déficit de cuenta corriente a niveles más sostenibles.
El Banco Central decidió mantener la tasa en 11,25. La pregunta ahora es cuándo habrá novedades en ese frente.