La probabilidad de que el proceso de convergencia a la inflación se interrumpa o definitivamente se dé vuelta ha caído significativamente, pero aún hay elementos de riesgo que hay que monitorear.
Los discursos y las comunicaciones del Consejo del Banco Central sólo han ido en una línea: aún es muy prematuro, existen riesgos elevados y el error de política puede resultar muy caro.
Mantenemos nuestra expectativa de que posibles movimientos de la TPM deberán esperar hasta septiembre.
El ajuste continuará y una reducción de la demanda interna es condición necesaria para reducir la inflación y llevar el déficit de cuenta corriente a niveles más sostenibles.
El Banco Central decidió mantener la tasa en 11,25. La pregunta ahora es cuándo habrá novedades en ese frente.
La pregunta importante que surge respecto a la política del Banco Central es hasta cuándo estará en pausa el ajuste monetario.
No debemos olvidar que, luego de resueltos los desbalances inmediatos, la capacidad de crecimiento de nuestra economía es muy baja.
Pueden decir que soy un soñador: las políticas económicas funcionan y, eventualmente, volveremos a un equilibrio. No es gratis eso sí, como nada en la vida.
El Banco Central decidió aumentar la tasa hasta el nivel máximo de este ciclo, lo que eventualmente generó disenso entre los consejeros.
El resultado del plebiscito debería tener un impacto positivo en los mercados, bajo el supuesto de una menor incertidumbre y primas de riesgo en el futuro debido a la expectativa de una nueva constitución más moderada.