Nuestro mayor cuestionamiento es que un escenario de soft landing ya está en buena medida incorporado en los precios y no vemos muchas razones para que los activos de riesgo sigan subiendo, en medio de tasas más altas y el lenguaje todavía agresivo de varios miembros del FOMC.
Aunque la Fed está cerca del final de su ciclo de aumento de tasas, aún es probable que aumenten más las tasas de los fondos federales, dada la fortaleza del mercado laboral, pero manteniendo el ritmo moderado.
El Banco Central decidió mantener la tasa en 11,25. La pregunta ahora es cuándo habrá novedades en ese frente.
Mayores tasas de interés ejercieron presión sobre las valorizaciones durante 2022, pero ahora el enfoque pasará de las valorizaciones a las utilidades corporativas, en un entorno macro cada vez más desafiante.
FOMC de diciembre: un ritmo más lento, pero un peak más alto
El Central considerará otros factores además de la inflación para su política monetaria, como el déficit de cuenta corriente, las condiciones financieras y el comercio internacional.
La mayoría de los escenarios base para 2023 asumen o un soft landing o una recesión leve, bajo el supuesto de que la inflación se desacelerará de manera importante y que la tasa terminal de política estaría en el rango de 5,0% – 5,25%.
El riesgo de reducir la TPM y luego tener que revertirlo por una mala lectura de la información es muchísimo más alto que dejarla en 11,25% por más tiempo del adecuado.