Nathan Pincheira y Humberto Mora, de Fynsa, brindan su visión de la economía y las inversiones en el primer semestre de 2023 y para los meses que vienen.
Nuestro escenario base de Softlanding se sustenta en una moderación de la inflación y mayor resiliencia de la actividad.
Es bastante probable que de cara al segundo semestre tengamos un buen desempeño en términos de rentabilidad en carteras de inversión, tanto en renta fija como renta variable.
Se recomienda una exposición global más equilibrada y una gestión activa para hacer frente al riesgo de concentración de los índices pasivos.
La divergencia entre la renta variable y los niveles de tasas de interés no puede ir mucho más allá, y debería revertirse.
Seguimos recomendando sobre ponderar activos menos sensibles a las tasas, como efectivo, sectores value, acciones internacionales y activos reales.
Los activos locales ofrecen una atractiva relación riesgo-retorno.
La mayoría de los escenarios base para 2023 asumen o un soft landing o una recesión leve, bajo el supuesto de que la inflación se desacelerará de manera importante y que la tasa terminal de política estaría en el rango de 5,0% – 5,25%.
Si bien las acciones tienen una ventaja relativa respecto a los bonos en un entorno más inflacionario, a medida que las presiones inflacionarias comiencen a moderarse, un paso intermedio en la toma de riesgo debería hacerse vía renta fija de grado de inversión.
A medida que el entorno macroeconómico se vuelva mucho más desafiante en los trimestres siguientes, parece poco probable que recibamos mayor apoyo del lado de las utilidades corporativas, lo que deja al mercado totalmente dependiente de un potencial “Pivote de política”.