Café doble
Junio 2, 2023 - 2 min

Condiciones necesarias y suficientes

A pesar de las señales de debilidad de la economía, creemos que el Banco Central mantendrá una postura más conservadora: en caso que así lo amerite, preferirá recortar la tasa de manera más agresiva llegado el momento, a comenzar los recortes antes de manera más tímida por el temor a equivocarse.

Comparte

La debilidad que continúa mostrando la economía es motivo de preocupación. La actividad durante abril, medida por el Imacec, cayó 1,1% en su comparación interanual, por debajo de las expectativas de mercado, que estaban en -0,5% a/a, y las nuestras (-0,8% a/a). Si bien la serie desestacionalizada no mostró variación, gran parte de este resultado se explicó por el comportamiento de la minería, que, como sabemos, muestra gran volatilidad de un mes a otro. De hecho, recién el mes pasado había influenciado negativamente al índice agregado. De esta manera, si eliminamos este sector extractivo del resultado, el conocido Imacec no minero, vemos que éste evidenció una reducción de 1,6% a/a, debido a una caída desestacionalizada de 0,7% respecto a marzo. Nada esperanzador. 

Sin embargo, esto no fue lo único. Uno de los mercados más importantes para la economía, el laboral, tampoco lo pasa bien. A pesar de que la tasa de desempleo disminuyó desde 8,8% hasta 8,7%, la lectura más amplia no se ve tan positiva. De hecho, aunque hubo una leve creación de empleo (mil puestos), la baja de la desocupación se debió mayoritariamente a una salida de personas desde la fuerza laboral (15 mil). Por categoría, los asalariados, públicos y privados, destruyeron 35 mil empleos, los que fueron compensados por generación en cuenta propia. Es cierto que durante esa época del año hay un componente estacional que explica históricamente estos resultados, pero en esta pasada no es sólo eso, ya que la tasa de desempleo desestacionalizada viene en aumento.

En este contexto, no son pocas las voces que han empezado a adelantar sus expectativas respecto de un ciclo de bajas de tasas por parte del Banco Central. La debilidad económica sería suficiente evidencia de que la tasa debe bajar. No me malinterpreten, probablemente yo hubiera pensado igual un tiempo atrás, o en una situación “normal”, pero esa no es la realidad hoy. La debilidad económica no comenzó con estos datos, lleva aproximadamente un año sobre la mesa y la inflación estuvo lejos de dar tregua en este periodo. Concuerdo que las cifras del IPC de abril fueron halagüeñas, pero no dejan de ser un dato en una serie que no se ha caracterizado por generar tendencias con una sola cifra. Un inminente anuncio de recorte de tasas me parece una apuesta demasiado riesgosa dentro de un proceso de reganar la confianza del público por parte del Central. Un paso en falso podría ser demasiado costoso. 

Por lo tanto, y tal como comentábamos en columnas anteriores, tratando de leer al Consejo, veo mucho más probable una postura más conservadora que, en el caso que así lo amerite, prefiera recortar de manera más agresiva llegado el momento, a comenzar los recortes antes de manera más tímida por el temor a equivocarse. La debilidad económica es condición necesaria, pero no suficiente. Así, mantenemos nuestra proyección de que en septiembre podremos tener novedades en la TPM, y no antes.

Nathan Pincheira

Economista Jefe de Fynsa