No había mucha divergencia en esta oportunidad. No se esperaban shocks de alguna magnitud extraña o impactos de la incertidumbre reciente por los aranceles. Así, la variación mensual de 0,5% de marzo, en línea con nuestras expectativas y las del mercado, representó algo que hace tiempo no observábamos: normalidad. La variación interanual llegó hasta 4,9%, desde el 4,7% de febrero, probablemente siendo el último incremento que veremos en este ciclo.
Si bien el alza estuvo dentro de lo estimado, llamó la atención que la principal incidencia no fuera Educación como es habitual, sino Alimentos, debido a aumentos importantes de verduras y carnes. Por el lado de las bajas, la más importante se registró en la división de Transportes, gracias a caídas de algunos servicios estacionales y, como se había previsto, de las gasolinas.
Si bien el indicador agregado mostró “normalidad”, el mercado estaba más preocupado de los indicadores subyacentes, especialmente por los riesgos respecto a los incrementos de costos y la posibilidad de que éstos sean traspasados a precios finales. Así, el indicador sin volátiles mostró un alza de 0,4% respecto a febrero, aunque recortó su variación respecto al mismo mes del año anterior desde 3,9% hasta 3,7%. Descomponiendo, si bien los servicios sin volátiles aumentaron 0,7% mensualmente (impulsados por educación), respecto al año anterior pasaron de 4,5% a 4,2%. Los bienes, por su parte, experimentaron una variación nula, pasando de 3,0% a 2,9% en el interanual. Por lo tanto, no pareciera que los riesgos se estén ejecutando aún, o por lo menos eso es lo que los datos de la actual canasta están mostrando (al menos bajo nuestro análisis). El índice de difusión, por su parte, llegó a 58%, que si bien se encontró sobre lo registrado en 2024 (51%), estuvo en línea con el promedio histórico.
Para abril, un mes que usualmente “arrastra” algunas indexaciones de marzo, proyectamos inicialmente una variación de 0,3% m/m, lo que podría sufrir modificaciones principalmente por el lado de combustibles. La división con mayor incidencia al alza en el índice sería Alimentos, especialmente por incrementos de lácteos y aceites. A continuación, Salud, por reajustes trimestrales en varios de sus servicios. Por el lado de las bajas, nuevamente destacaría Transportes debido a caídas en combustibles y transporte aéreo.
Según nuestro escenario, de acá en adelante sólo observaríamos reducciones de la variación interanual, hoy en 4,9%. Con el 0,3% m/m proyectado, la inflación bajaría hasta 4,6% a/a. A pesar de estar mayoritariamente en línea con el mercado durante 2025, la divergencia hacia 2026 es notable, especialmente si asumimos aquel plazo como “largo plazo”. Más allá de si se cumple o no, esto ha ocurrido otras veces y siempre ha terminado corrigiendo. De hecho, esto es efectivamente lo que ha venido ocurriendo. De esta manera, mantenemos nuestra estimación para fin de año en 4,0%, con una convergencia al 3% que se daría durante el 1T26.