Los últimos años han sido interesantes dentro del mercado de renta fija internacional. La escalada de tasas que vivimos en 2022 estimuló fuertemente la adopción de estrategias de duraciones en la parte corta de la curva. Sin embargo, dos años después, la tendencia parece revertirse. La curva de Treasury que compara las yields de 2 años y 30 años retomó su tendencia histórica natural, volviendo a spreads positivos. Esta reversión, que no veíamos desde enero de este año (y previamente en junio de 2022 cuando la curva de Treasury comenzó a invertirse), fue en parte impulsada por las alzas en la tasa de EE.UU. por parte de la FED.
Hoy, el contexto es completamente distinto. El pasado miércoles 31 de julio, la FED se reunió y concluyó que mantendrían el nivel de tasas actuales (5.25%-5.50%). Esto, junto con los últimos datos económicos de EE.UU., ha resultado en que el mercado anticipe una serie de bajas consecutivas en la tasa de interés. Con los datos actuales, se espera que en la reunión de septiembre haya un recorte de 25 puntos básicos (bps), en noviembre otros 25 bps, y finalmente en diciembre un tercer recorte de 25 bps, dejando la tasa en un rango de 4.50%-4.75%.
En este contexto, incorporar riesgo de duración es lo más sensato. Alargarse en las mismas curvas de papeles en que ya se está invertido, asumiendo así el mismo riesgo de emisor y tomando riesgo de duración, hoy más que un riesgo, es una necesidad.
Aún es tiempo de tomar posiciones más largas en duración y beneficiarse de la tendencia a la baja en las tasas de interés. No es tarde para ajustar los portafolios y aprovechar las oportunidades que este entorno presenta.
Cristián Zañartu
Operador Renta Fija Internacional