El gigante financiero anticipa cambios clave en los mercados globales, el crecimiento de la productividad y el impacto de las políticas económicas en los próximos 12 meses.
Con la victoria de Donald Trump, la deuda federal sigue creciendo sin freno, un tema crucial que debe ser abordado.
La economía y una intensificación del apoyo de base serían algunos de los factores que explican el histórico triunfo del ahora presidente electo Donald Trump.
La incertidumbre económica sigue pesando en las decisiones de los inversores y cualquier desajuste en las proyecciones del mercado podría generar una reacción adversa. La FED enfrenta el desafío de mantener el equilibrio entre el crecimiento y la inflación.
Con EE. UU. metido en el proceso de ajuste en la tasa, nuestro Banco Central podrá continuar su propio proceso de ajuste con algo más de holgura, de manera que la trayectoria sea más coherente con el débil escenario macro que enfrentamos.
Ya estamos acostumbrados a que, en septiembre, mientras en Chile estamos de celebración por la conmemoración de las Fiestas Patrias, los miembros de la junta de gobernadores de la Reserva Federal (FED) trabajan arduamente para decidir sobre la política monetaria de la economía más relevante del mundo.
La desinversión de la curva de rendimiento ha sido históricamente una señal que indica malos tiempos para las acciones, lo que aboga por un posicionamiento más defensivo.
El Banco Central publicó el Informe de Política Monetaria de septiembre, el famoso IPoM. Éste vino con varias novedades, algunas de las cuales nos gustaría resaltar.
La expectativa de que la FED inicie su proceso de normalización de política monetaria en la próxima reunión.
Nos podemos estar acercando al punto en que “los malos datos serán malos” para los activos de riesgo.