Noviembre 15, 2024 - 3 min

Separar la paja del trigo

El IPC de octubre no da para prender las alarmas, ni tampoco cambia la trayectoria descendente que evidencia la inflación de un tiempo a esta parte. Es cierto que el importante incremento de tarifas eléctricas ha demorado este proceso, pero nos oponemos a pensar que lo ha desviado del todo.

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Sorpresa causó el IPC de octubre —que acabamos de conocer—, pues mostró una variación de 1,0% respecto al mes anterior. Las expectativas se ubicaban en torno a 0,6% m/m, mientras nosotros en Fynsa proyectábamos una variación algo mayor, con 0,7% m/m. De esta manera, la variación a 12 meses alcanzó 4,7%, mientras que acumulamos durante 2024 un alza de precios de 4,5%.  

Sin embargo, creemos que la sorpresa del dato no da para prender las alarmas, ni tampoco que cambiaría la trayectoria descendente que evidencia la inflación de un tiempo a esta parte. Es cierto que el importante incremento de tarifas eléctricas ha demorado este proceso, pero nos oponemos a pensar que lo ha desviado del todo. 

Por eso, se hace necesario identificar qué estuvo detrás de la variación. La estrella del mes fue, por segunda vez, las tarifas eléctricas, que mostraron un alza de casi 19%, provocando que la división en la que se encuentran —la de Vivienda— tuviera una incidencia de más de medio punto. A esto se sumaron los Alimentos, particularmente las frutas y verduras, que experimentaron importantes aumentos luego de ciertas caídas en septiembre. Como dato curioso, dentro de la misma división, hubo un elemento que tuvo una incidencia importante, cosa inédita porque tiene un peso relativo pequeño y porque, en general, no varía mucho (de hecho, se ubica dentro de los no volátiles): las bebidas no alcohólicas evidenciaron la mayor alza mensual de la historia comparable del IPC (desde 2009). 

Cuando miramos los indicadores subyacentes, vemos que el IPC sin volátiles aumentó sólo 0,4% m/m, lo que no deja de ser una variación importante, pero fue bastante menor que la del índice general. Es más, su componente de servicios nuevamente mostró un alza de 0,2% m/m, continuando con la tendencia de los últimos meses, reflejo del estancamiento o bajísimo crecimiento que experimenta la economía local.  

Esto, en conjunto con otros indicadores, como el índice de difusión (48% vs 52% promedio para el periodo), nos permite concluir que no vemos un repunte de los precios generalizado, ni una generación de presiones inflacionarias y menos efectos de segunda vuelta significativos. Eso no quiere decir que no puedan ocurrir eventualmente, o que se estén manifestando en algunas líneas, pero su magnitud dentro de la variación total de precios —hasta el momento— se mantiene relativamente acotada. En este mismo punto, es relevante no confundir efectos de segunda vuelta con efectos metodológicos que causan desfase o alzas algo tardías, como es el caso del producto gasto común. 

Por lo anterior, a lo que sumamos información más cualitativa que recogimos desde el Informe de Percepciones de Negocios, recientemente publicado por el Banco Central, es que creemos que las variaciones de precios retornarán a su senda de normalización. Lamentablemente, tenemos un incremento adicional de tarifas eléctricas durante enero próximo, lo que dejaría la base más alta durante 2025. Así, las variaciones interanuales del índice general continuarían sin converger al 3,0% durante el próximo año, situación que se subsanaría rápidamente comenzado el 2026. 

Con lo anterior, el Banco Central no debiese aminorar su ritmo de recortes ni tampoco podría justificar una pausa, toda vez de que la economía ha ido evolucionando en línea con lo que se planteaba en el último Informe de Política Monetaria, tanto en actividad como en precios. Este mismo informe indica que los recortes de 25 puntos base continuarían, con el más inmediato a realizarse en la próxima reunión de diciembre. De ser así, faltarían tres recortes para alcanzar lo que creemos es la tasa neutral, por lo tanto, existirían amplios grados de libertad para poder realizar estas disminuciones en su totalidad, incluso durante el primer semestre.

 

Nathan Pincheira

Economista Jefe de Fynsa