La inteligencia artificial (IA) ya no es Ciencia Ficción ni es el futuro; al contrario, es el presente, parte de nuestro día a día, que cada vez cumple funciones tecnológicas más significativas a nivel global. Es, en definitiva, el resultado de una verdadera revolución.
Y si bien ha tenido un avance importante, captando la atención de inversionistas en todo el mundo, aún son pocos quienes conocen y entienden de ella en profundidad.
De ahí nace la idea de esta secuencia de la IA y su relación y provecho desde el mundo financiero, abordando diferentes aristas para entender su funcionamiento. Esto, con el fin de entregar mayores herramientas a los inversionistas para la toma de decisiones y la búsqueda de oportunidades más allá de las “Big Tech”.
Los primeros pasos de inteligencia artificial datan de los años ‘50, con pioneros como Alan Turing y John McCarthy, quienes —entre otros— sentaron las bases de este campo.
Turing, con su “Test de Turing”, planteó que las máquinas podrían mostrar comportamientos inteligentes semejantes a los humanos. McCarthy, por su parte, acuñó el término “inteligencia artificial” y organizó la conferencia de Dartmouth en 1956, un evento crucial para el estudio formal de esta tecnología.
Pese al entusiasmo inicial, los avances en IA fueron limitados durante varias décadas, debido a la falta de poder computacional y la incapacidad de los algoritmos para resolver problemas complejos. Aunque hubo algunos logros, el progreso fue intermitente, y su financiamiento e interés disminuyeron debido a la lentitud de los avances.
No fue sino hasta finales de los ‘90 y principios de los 2000 cuando la inteligencia artificial comenzó a resurgir, impulsada por la disponibilidad de grandes volúmenes de datos, mejoras en la capacidad computacional y avances en algoritmos de aprendizaje automático.
Este renacimiento permitió que la IA comenzara a generar aplicaciones comerciales exitosas en sectores como las finanzas, atención médica, manufactura y comercio electrónico. Entender su evolución es clave para reconocer cómo una tecnología especulativa se ha convertido en una herramienta tangible y comercial.
Diversos factores han catalizado su avance y evolución, abriendo nuevas fronteras en el mundo de las inversiones, importante de considerar:
Para comprender su funcionamiento, es crucial familiarizarse con algunos conceptos que están transformando industrias y abriendo nuevas oportunidades.
La tecnología crece a pasos agigantados y la inteligencia artificial no se queda atrás, ya que no sólo ha cumplido sus promesas iniciales, sino que también se ha consolidado como un conocimiento comercial aplicable a diversas industrias. Entender estos factores es fundamental para que los inversionistas puedan evaluar los beneficios y riesgos de la IA y explorar oportunidades más allá de las “Big Tech”.
En próximas ediciones, ahondaremos en los beneficios, riesgos y casos de uso de esta nueva tecnología y su relación con los mercados financieros.