Este mes se realizó una de las reuniones políticas más importantes para la economía global: la Asamblea Nacional Popular de China, donde se ratifican las políticas del Partido Comunista. ¿Cuáles son los principales puntos que destacar tras la reunión de este año? Esto es lo que opina Bloomberg:

Poner un piso a la desaceleración económica: el gobierno chino proyecta un crecimiento para este año de 5%, el mismo que el año pasado, una señal de querer estabilizar la economía. Es la segunda vez en los últimos 10 años que China no rebaja su meta de crecimiento del PIB. Para los analistas, este 5% se encuentra en el límite alto de las posibilidades de crecimiento de la economía china, dadas las variadas dificultades que viene enfrentando.

Apuesta por manufacturas avanzadas: China ve una necesidad crítica de cambiar su modelo, pasando del crecimiento impulsado por la construcción y la manufactura de bajo valor a una economía de manufacturas avanzadas y de servicios intensivos en conocimiento. Se trata de una transición necesaria pero riesgosa, apunta Bloomberg. El desafío para China es cómo avanza en esa dirección sin perder el impulso del modelo tradicional durante la transición.

Estímulo fiscal: China planea emitir bonos de ultra largo plazo por US$139.000 millones para financiar un aumento del gasto público. Es la cuarta vez que el país recurre a este tipo de instrumento en los últimos 26 años. Para algunos analistas es el mayor estímulo fiscal lanzado por China desde el 2020. La política monetaria, en tanto, estará orientada a asegurar que el sistema bancario tenga suficiente liquidez para comprar estos bonos.  Las autoridades también quieren asegurarse de que los bancos financiarán los sectores que quieren favorecer, como las manufacturas avanzadas y las energías verdes.

Centralización del poder político-económico: la cancelación de la conferencia de prensa que brinda el primer ministro tras la clausura de la Asamblea, rompiendo una tradición de décadas, es interpretada como una señal de la centralización de las decisiones en manos del presidente Xi Jinping. El rol del primer ministro, que anteriormente decidía políticas económicas clave, se limita ahora a simplemente ejecutar las decisiones del Partido. Si bien esta centralización puede permitir una toma de decisiones más rápida, puede implicar riesgos en un país tan grande y diverso como China.

Desencanto de Wall Street: el plan de estímulo de Beijing no es lo que los analistas esperaban. El mercado hubiera preferido una estrategia de transferencias directas a los hogares o aumentar el gasto social para estimular el consumo y que los precios comiencen a subir y así combatir las presiones deflacionarias que enfrenta la economía china.