Octubre 13, 2023 - 3 min

Pastelero a tus pasteles

¿No será mejor que las instituciones no bancarias, como los fondos de deuda privada, que históricamente han financiado a las pymes, lo hagan con las espaldas del FOGAPE?

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Como bien lo dijo nuestro antepasado Heráclito, lo único constante es el cambio. 

Hace solo 3 años –en el contexto de la pandemia- fuimos testigos de imágenes tan impresionantes como Times Square vacío o el precio del petróleo en valores negativos. Fue una realidad dura que cambió de forma radical muchos aspectos de nuestras vidas, y hoy seguimos sorteando sus profundas consecuencias.

Sin embargo, aprendimos lecciones importantes sobre la fragilidad de las economías y sobre todo lo importante y relevante que son para el mundo las PYMES (Pequeñas y medianas empresas). Por años, su papel fue subvalorado por las autoridades, gobiernos y líderes empresariales. La pandemia nos recordó que son una parte muy relevante del motor de la economía; y que, sin ellas, se tranca la máquina. Me refiero a cadenas de pagos, empleos, sueldos, entre tantas otras variables.

Ante tal amenaza, de manera generalizada nuestros gobernantes eligieron sobrevivir y proteger estos negocios a costo de una alta inflación “momentánea.”

Hoy, la realidad es otra: tenemos tasas de interés históricamente altas, bancos con políticas restrictivas, y proyecciones de crecimiento débil, por decir lo menos. Claramente no es tierra fértil para la prosperidad de las Pymes.

Según datos de países pertenecientes a la OCDE, el 99% de las compañías son PYMES, representan cerca del 70% de la fuerza laboral, y contribuyen a cerca del 50% del PIB. En Chile, la realidad es distinta: las Pymes representan un poco más del 70% del total de las compañías, el 50% de la fuerza laboral y aportan solo el 17% del PIB.

Sin embargo, el acceso al financiamiento para este tipo de empresas suele ser un problema mundial. Según datos del Banco Mundial, las PYMES tienen necesidades de financiamiento no cumplidas por 5.2 trillones de dólares, 1,5 veces la oferta actual de financiamiento para este tipo de empresas.

Ahora ¿Por qué no nos preocupamos de generar las condiciones óptimas para que las PYMES crezcan? Al parecer, es un camino largo por recorrer, pero que algunas economías desarrolladas ya tomaron. En Chile, según datos del SII, las PYMES se financian casi exclusivamente con Factoring, es decir, adelantan flujos de su capital de trabajo. Dicho esto, no tienen acceso a financiamiento estructurado según sus necesidades, que les permita generar inversiones en infraestructura, atraer talento, digitalizar su negocio o incluso, acceder a servicios de asesoría externa.

Ahora bien, el Estado, mediante el programa FOGAPE (Fondo para pequeños y medianos empresarios) entrega herramientas suficientes para hacer más fértil las condiciones a las PYMES, otorgando garantías en hasta un 95% para el curse de créditos a través del sistema bancario y algunas SGR (Sociedades de garantía recíproca). Dicho esto, hasta agosto de este año, se han presentado 852.519 solicitudes y se han aprobado 106.234, es decir, solo un 12%.

Recordemos que una cosa es ofrecer garantías y una muy distinta es entregar créditos. Y lo más curioso de todo, es que estos recursos están siendo gestionados justamente por entidades que comúnmente no financian a las PYMES: los bancos. 

¿No será mejor que las instituciones no bancarias, como los fondos de deuda privada, que históricamente han financiado a las pymes, lo hagan con las espaldas del FOGAPE? Así, sería posible destinar de manera más eficaz los recursos de todos los chilenos.

 

Andrés de Carcer

Portfolio Manager Senior de Deuda Privada Fynsa AGF