Café Doble
Agosto 26, 2022 - 2 min

¿Qué esperar?

En el nuevo encuadre macro, vemos pocos cambios al crecimiento esperado para 2022, pero no descartamos que se ajuste nuevamente a la baja el de 2023.

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Se viene una semana intensa, en la víspera de una de las elecciones más importantes de la historia reciente de Chile, pero también vamos a conocer una serie de datos y publicaciones económicas relevantes hacia, tanto la segunda parte del año, como para 2023.

En primer lugar, el martes 30, conoceremos la situación del empleo para el trimestre móvil terminado en julio, en el que esperamos se mantenga la debilidad de este mercado, probablemente con nuevamente destrucción neta de empleos, y además un alza en la tasa de desocupación, la que estimamos llegue a 8,0%. Esta dinámica sólo es reflejo de la debilidad que muestra la actividad y de las malas expectativas al respecto, principalmente relativo a la inversión.

A continuación, el jueves 1, el Banco Central publicará el Imacec correspondiente a julio, el que proyectamos será el último en mostrar una variación positiva en este ciclo de crecimiento que comenzó en marzo del año pasado. Así, el aproximadamente 1,5% a/a que habría crecido la economía durante el mes será el último dato importante con el que contará el Banco Central para tanto la reunión de política monetaria del martes 6, como del IPoM que se publicará el día siguiente.

Con una inflación que no ha dado tregua (1,4% m/m en julio), el Ente Rector se enfrenta a la difícil decisión de seguir contrayendo la política monetaria en un contexto de debilidad de la demanda interna. De todas maneras, creemos que en ese sentido las cartas estarían relativamente jugadas y, salvo algo muy inesperado, el Consejo anunciará su decisión de subir la TPM hasta 10,5%, mencionando que probablemente quede un movimiento adicional, lo que proyectamos dejará la tasa de instancia en 11% en su reunión de octubre

En el nuevo encuadre macro, vemos pocos cambios al crecimiento esperado para 2022, pero no descartamos que se ajuste nuevamente a la baja el de 2023, especialmente de la mano de la inversión. Sin duda que la inflación que proyecte debería ir al alza, considerando que su actual escenario parece totalmente fuera de contexto. Creo que lo realmente interesante será ver su proyección de precios para 2023, considerando las menores presiones locales, pero la incierta evolución de este fenómeno a nivel global. Eso será gravitante a la hora de proyectar la velocidad con que normalizará la política monetaria.

A pesar del timing, vemos poco probable que el informe incluya cambios sustanciales considerando los resultados del plebiscito del 4 de septiembre, independiente de cuál sea la opción vencedora. Lo anterior, no sólo porque será difícil con tan poca información, plazo y elevada volatilidad sacar conclusiones que se puedan fundamentar en un informe así, sino también por la conocida política de abstenerse en este tipo de eventos por parte de la autoridad monetaria. Esto no quiere decir que eventualmente no incorpore lo que el resultado implique incorporar, pero esto puede ser materia del IPoM de diciembre.

Finalmente, el jueves 8, una nueva entrega de IPC, esta vez correspondiente a agosto, el que proyectamos habría aumentado 0,9% m/m, interanualmente rozando el 14%, el que sería el peak, por lo menos por el momento. La composición seguirá migrando hacia componentes de oferta, con las divisiones de Transporte y Alimentos liderando las alzas.

Por ahora, sólo queda esperar.

Nathan Pincheira

Economista Jefe de Fynsa