Si a alguien le quedaban dudas de que la Reserva Federal de Estados Unidos se centra sobre todo en cumplir su objetivo de inflación, estas se disiparon esta semana.
Son los de mayor crecimiento en los últimos años, con una tasa promedio del 30% en el número de Fondos.
La depreciación cambiaria, las dificultades logísticas globales y el boom de consumo, entre otros factores, formaron un cóctel tóxico que ha sido más difícil de combatir de lo que se pensaba.
El Banco Central decidió aumentar la tasa hasta el nivel máximo de este ciclo, lo que eventualmente generó disenso entre los consejeros.
Si en algún momento nos llamó la atención lo resiliente de algunos sectores de la economía, ahora nos sorprende lo rápido que han empeorado.
En tres años, el tamaño de los fondos de deuda privada se ha más que duplicado.
Cualquiera sea el resultado del plebiscito, el gobierno enfrentará desafíos mucho más grandes que los que había antes del estallido social.
En el nuevo encuadre macro, vemos pocos cambios al crecimiento esperado para 2022, pero no descartamos que se ajuste nuevamente a la baja el de 2023.