Podemos esperar que, en la medida de lo posible, los siguientes recortes de la TPM se mantengan en el rango más conservador del corredor presentado en el último IPoM.
Mientras el encuadre macro se mantuvo, la depreciación del peso ha incomodado al Banco Central, por lo que no se le ha querido echar “más bencina” a la reducción del diferencial de tasas.
En el tradicional cónclave financiero, el presidente de la Fed señaló que el movimiento en tasas sigue con más riesgos alcistas que bajistas, y que estaba listo para seguir subiéndolas de ser necesario.
Para el Banco Central, el ritmo de los recortes futuros de la tasa de interés no está amarrado a la magnitud del primero, relativizando la urgencia por migrar rápidamente a un nivel neutral
El perfil de Pan Gongsheng apunta a una continuidad en el camino de la paulatina liberalización de los mercados financieros chinos.
El sector se sigue expandiendo, aunque se observan ajustes en la ocupación y en el canon de arriendo
A la reducción de los riesgos políticos- institucionales y valorizaciones altamente descontadas, podemos sumar ahora la expectativa de una agresiva flexibilización monetaria en adelante.
La probabilidad de que el proceso de convergencia a la inflación se interrumpa o definitivamente se dé vuelta ha caído significativamente, pero aún hay elementos de riesgo que hay que monitorear.
Los discursos y las comunicaciones del Consejo del Banco Central sólo han ido en una línea: aún es muy prematuro, existen riesgos elevados y el error de política puede resultar muy caro.
A pesar de las señales de debilidad de la economía, creemos que el Banco Central mantendrá una postura más conservadora: en caso que así lo amerite, preferirá recortar la tasa de manera más agresiva llegado el momento, a comenzar los recortes antes de manera más tímida por el temor a equivocarse.