A finales de 2023, el consenso en el mercado anticipaba una próxima disminución de las tasas de interés; sin embargo, esta expectativa se ha pospuesto hacia un futuro más lejano. 

Para comprender mejor los fundamentos detrás de esta percepción, es crucial entender los pilares del mercado. Entre los diversos factores que influyen en las fluctuaciones de las tasas de interés, destacan la inflación y la política monetaria gubernamental como elementos de significativa influencia. En definitiva, buscamos entender por qué las tasas de interés se mantienen altas y que es lo que está impulsando esta tendencia, con el fin de ajustar las expectativas de una posible disminución anticipada.

El 13 de febrero se publicaron los datos relacionados al índice de precio al consumo (IPC) de Estados Unidos para el periodo de enero 2024. Tal como se puede observar en la figura 1, el incremento de un 3% correspondiente a enero del 2024 superó los indicadores de diciembre de 2023, que se habían ubicado en torno al 2%.

Sin embargo, aunque los indicadores siguen manteniéndose por encima de lo ideal, en la figura 2 se evidencia que se está alcanzando el objetivo a largo plazo del 2% en relación con el cambio anual del Índice de Precios de Gastos de Consumo Personal (PCE, por sus siglas en inglés), el cual mide el precio que pagan las personas en Estados Unidos por bienes y servicios. Este índice excluye los precios de alimentos y energía, los cuales tienden a tener fluctuaciones más marcadas, facilitando así la observación de la inflación subyacente.

A pesar de que en 2023 la inflación ha mostrado una inclinación negativa y ha alcanzado niveles más alineados con la norma histórica, no se han anunciado reajustes de tasas. Esto se debe a que aún no se ha alcanzado la tendencia hacia una inflación de largo plazo igual a 2%. Sin embargo, la predisposición que se observa en la figura 2, muestra una inclinación hacia este objetivo, aumentando las expectativas de una reducción de la tasa de interés, siempre y cuando la tendencia hacia una inflación a largo plazo del 2% se mantenga. 

Por otro lado, la herramienta que utiliza la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) para contrarrestar y gestionar los efectos cíclicos sobre la inflación es la fijación de las tasas de fondos federales. Debido a la inflación experimentada, el comité de gobierno de esta institución ha ajustado esta tasa en once ocasiones desde marzo de 2022, culminando sus incrementos en julio de 2023, cuando se situaba en un rango entre el 2,25% y el 5,50%, margen que se ha mantenido hasta la fecha.

Adicionalmente, el presidente de la FED anunció en enero de 2024 las últimas decisiones, las cuales mantienen las tasas en los rangos actuales, pero ofrecen la posibilidad de reducirlas en el futuro si los indicadores económicos logran demostrar alineamiento con los objetivos a largo plazo de inflación.

En conclusión, se espera que las tasas se mantengan altas durante un período más prolongado que aquel esperado inicialmente. 

Sin embargo, la inflación está comenzando a mostrar una tendencia hacia el 2%, la cual, si continúa en la misma dirección, será alcanzada, proporcionando así indicadores que permitan a la Reserva Federal reducir las tasas. Si bien los indicadores apuntan hacia una posible rebaja de tasas, el momento en que se producirá este ajuste sigue siendo una incógnita, esta transición es una cuestión de tiempo y vigilancia de indicadores económicos.

Martina Jauregui

Analista Fondos Internacionales Fynsa AGF