Septiembre 22, 2023 - 2 min

Ojo al diésel

El mercado de este combustible clave para la economía enfrenta restricciones.

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El precio del petróleo está nuevamente en el ojo del huracán. Los contratos para los crudos de referencia, Brent y WTI, estaban esta semana por encima de los US$90 el barril y algunos analistas aventuran que podrían sobrepasar los US$100 en un futuro cercano. Pero uno de los derivados más importantes del petróleo, el diésel, clave para el transporte de mercancías, enfrenta un mercado aún más complejo. 

A principios de la semana pasada, el precio del diésel en Estados Unidos superó los US$140 por barril por primera vez en lo que va de año. En Europa, en tanto, el precio del diésel ha subido un 60% desde el verano.

Uno de los factores tras el alza está en las restricciones en la producción de los tipos de petróleo ricos en destilados –de donde se obtiene el diésel– que producen Rusia y Arabia Saudita, y que ambos países mantendrán al menos hasta fin de año, según anunciaron a principios de septiembre. 

A esto se suma un menor suministro de las refinerías globalmente. Las refinerías del hemisferio norte debieron reducir sus operaciones en el verano debido a las altas temperaturas y, además, se vieron presionadas a producir otro tipo de combustibles, como jet fuel para aviones y gasolina, debido al fuerte aumento de la demanda. Esto en un contexto en el que el parque global de refinerías se redujo tras el cierre, durante la pandemia, de las unidades menos eficientes y cuyos operadores están reticentes de volver a ponerlas en producción.

Rusia, todavía un importante proveedor de diésel pese a las sanciones internacionales por la invasión a Ucrania, ha anunciado que limitará el volumen que enviará a los mercados globales. China, en tanto, ha anunciado nuevas cuotas de exportación de combustibles, pero los analistas consideran que no será suficiente para evitar un mercado estrecho hacia fines de este año.

Los inventarios, además, están en sus niveles más bajos en mucho tiempo.

No todos coinciden en que el mercado estará tan restringido como se teme. Apuntan a que, con la llegada del otoño y las temperaturas más frescas, las refinerías en el hemisferio norte podrán eliminar las restricciones a sus operaciones que se vieron obligadas a implementar en el verano. 

Al fin y al cabo, la actual estrechez del mercado del diésel se debe a restricciones en la oferta. La demanda no ha crecido con tanta fortaleza como la de otros combustibles, como es el caso de la gasolina, el jet fuel y el kerosene.

Una de las principales preocupaciones que genera el actual mercado del diésel es su efecto en la inflación, dada la importancia de este combustible en las cadenas de distribución de productos.