Septiembre 8, 2023 - 2 min

Sin novedad en el frente

Mientras el encuadre macro se mantuvo, la depreciación del peso ha incomodado al Banco Central, por lo que no se le ha querido echar “más bencina” a la reducción del diferencial de tasas.

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Yo sé que la idea nunca ha sido divertirnos y que para eso hay otras cosas (como The Office), pero el último comunicado de política monetaria, junto con su IPoM, estuvieron bastante fomes. No estoy diciendo que aquello sea necesariamente malo, solo se refiere a que, respecto a los anteriores, no hubo mucho cambio ni en el análisis de la situación macro ni en la respuesta de política monetaria del Banco frente a ella.

En primer lugar, en la reunión de comienzos de semana, el Consejo del Banco Central decidió, de manera unánime, recortar la TPM en 75 puntos base, lo que estuvo más o menos dentro de lo esperado. Digo “más o menos” porque el mercado se debatía entre 75 y 100 puntos base, pero cualquiera de las dos era percibida como una opción plausible. Esta disminución es menor a aquella que comenzó el ciclo de bajas (100 pb), pero se enmarca en la trayectoria esperada para la tasa para los próximos meses. 

En segundo lugar, nuestra sensación es que la disminución de la velocidad de los recortes no tiene que ver con modificaciones del escenario, sino con ciertos riesgos que han emanado producto de esta decisión. En simple, mientras el encuadre macro se mantuvo, la depreciación importante del peso de los últimos meses ha incomodado al Instituto Emisor, por lo que no se le ha querido echar “más bencina” a la reducción del diferencial de tasas. De hecho, el aumento muy marginal del cierre de año para inflación (de 4,2% a 4,2%) y el alza de la inflación promedio para el próximo (de 3,3% a 3,5%) está influenciado por un incremento (o menos baja) del componente volátil y de bienes subyacentes, lo que está muy relacionado con la evolución cambiaria.

Para el resto del escenario, tanto base como de riesgo, los principales enfoques están puestos en el escenario externo, no sólo en crecimiento, sino también en inflación. Los más preocupantes tienen que ver con la trayectoria de la política monetaria en las economías desarrolladas y sobre la debilidad que ha mostrado la economía china. El menor dinamismo de este país tiene efectos directos sobre nuestra economía (por ejemplo, precio de commodities y valor de exportaciones), pero también indirectos, por un menor apetito por riesgo global que afecta a los activos nacionales. Por lo tanto, la evolución de China será de primer orden para proyectar los movimientos futuros de la TPM, más que otros elementos locales que fueron preponderantes durante los últimos semestres. 

Finalmente, estimamos que el Central continuará recortando la tasa durante las próximas reuniones a una velocidad más similar a los últimos movimientos que a una menor. Incluso, en el caso de ver sorpresas inflacionarias al alza durante los próximos meses, lo más probable es que respondan a shocks de una sola vez que no pongan en entredicho la disminución de las presiones inflacionarias como un todo. Con esto, mantenemos nuestra proyección para la TPM a fin de año de 7,5%, y de 3,75% para diciembre de 2024.

Nathan Pincheira

Economista Jefe de Fynsa